El ministro de Exteriores aseguró que el respeto a la soberanía e integridad territoriales es uno de los pilares de la ONU.
The Diplomat. Madrid
Sólo unos días después de las elecciones autonómicas en Cataluña, el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, apeló al respeto a la soberanía y la integridad territorial durante su intervención el miércoles en la Asamblea de la ONU, en la que España se presentó como presidenta del Consejo de Seguridad.
Durante los cerca de 20 minutos que ha durado su intervención, Margallo ha hecho hincapié en otros aspectos, como la amenaza del terrorismo o el contencioso territorial que España mantiene con Reino Unido por Gibraltar, pero sus primeras palabras se dirigieron en particular al respeto a la soberanía e integridad territorial, uno de los «pilares sobre los que se sustenta el edificio que a todos nos cobija», en referencia a la organización de Naciones Unidas.
El jefe de la Diplomacia española aseguró que en caso de que estos «pilares» se vean «debilitados, ignorados o sustituidos por una voluntad que se cree por encima de la ley, el edificio, literalmente, se nos derrumba y nos quedamos a la intemperie». En este sentido, recordó que la ley es «la razón de los estados» y, haciendo referencia al grabado de Francisco de Goya El sueño de la razón produce monstruos, explicó que cuando la ley deserta, «el terreno queda libre para que campeen a sus anchas los peores demonios de nuestra naturaleza».
El ministro hizo referencia a un grabado de Goya para explicar cómo la ley es la «razón de los Estados»
Durante su discurso ante la ONU, el titular de Exteriores también se refirió a la necesidad de un «pacto global» para abordar la crisis migratoria generada por la guerra civil que se libra en Siria desde hace ya más de cuatro años, un pacto en el que deben participar tanto los países «de origen» como «los de tránsito y los de acogida», un desafío que sólo podrá resolverse trabajando juntos. «Lo urgente es la respuesta humanitaria: salvar vidas, acoger, sanar y alimentar (…) pero lo importante es diseñar una política de integración (…) que tenga en cuenta los derechos y la dignidad de las personas que arriesgan su vida para encontrar un futuro mejor».
Además, Margallo se expresó rotundamente contrario a negociar con el terrorismo en un contexto en el que el grupo radical Daesh, autodenominado Estado Islámico, se ha convertido en una de las grandes amenazas globales. «Con los terroristas no se negocia. Se les derrota», aseguró, instando a formar un «frente común».
No obstante, el ministro también citó acontecimientos positivos para expresar que existe esperanza en el avance de las relaciones internacionales, haciendo alusión, por ejemplo, al acuerdo nuclear con Irán, al proceso de normalización de relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Cuba o a la perspectiva de un posible acuerdo de paz en Colombia.