The Diplomat in Spain

Susana Beltrán

Profesora de Derecho Internacional Público, Universitat Autònoma de Barcelona

Tradicionalmente se considera que representan al Estado en el ámbito internacional: los jefes de Estado, los jefes de Gobierno y los Ministros de Asuntos Exteriores. Asimismo, los agentes diplomáticos defienden y representan los intereses del Estado en el país receptor.

Sin embargo, los separatistas instalados en el Gobierno y en organismos de los que la Generalitat forma parte, en asociaciones de la sociedad civil o diputados de formaciones a favor del proceso secesionista han encontrado un nuevo método para desactivar al Ejecutivo del Estado el cual, según nuestra constitución, dirige la política exterior.

El fraude es de tal magnitud,  y creo no exagerar,  que está violentando los pilares  de España como sujeto soberano y los derechos de los ciudadanos de Cataluña y del resto del Estado. Sus prácticas contribuirán, sin duda,  al manual de estilo de los movimientos separatistas que hay en el mundo.

Así, la nueva práctica consiste en contactar con algún diputado de un país miembro de la Unión Europea o tercer Estado sensible a la causa separatista. Se le invita a que promueva una resolución sobre el derecho de autodeterminación de Cataluña o similar en el Parlamento de su país. Posteriormente, y una vez aprobada la correspondiente resolución, se difunde convenientemente en  Cataluña de forma que se entienda que otro Estado amigo abraza la causa separatista catalana.

No importa si en la votación participaron pocos diputados o si, en realidad, la propuesta fue discutida en una comisión y no en el pleno del parlamento. Les da igual lo que piensan los ciudadanos no separatistas, aunque ellos hablan en nombre de Cataluña y/o del pueblo catalán. No se molestan en recabar opiniones contrarias como tampoco lo hacen los diputados extranjeros con los que han contactado  y, sobre todo, no explican que dichas prácticas afectan a los derechos y libertades de todos los ciudadanos de España.

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«La separación de poderes da vía libre a los separatistas para campar a sus anchas en cualquier país»

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En efecto, los parlamentos nacionales al no representar a los Estados en el ámbito internacional no están sometidos a los principios de igualdad soberana y no intromisión en los asuntos internos de los otros Estados. Además, la clásica separación de poderes entre el legislativo y el ejecutivo obliga a que este último no interfiera en la elección de los temas objeto de discusión de su parlamento, lo que da vía libre a los separatistas para campar a sus anchas en cualquier país del mundo.

Ya han visitado los parlamentos de Dinamarca, Bélgica, Uruguay, Irlanda, Suecia, Estados Unidos (aunque aquí sólo ha habido reuniones con unos pocos congresistas). Por ponerles un ejemplo, en el parlamento danés se aprobó una resolución que instaba al diálogo entre el gobierno catalán y el gobierno del Estado sobre la cuestión catalana. Sin embargo, la información que más se extendió en las redes sociales fue que el Parlamento de Dinamarca había apoyado el derecho de autodeterminación de Cataluña.

Tanto fue así, y dada la repercusión que tuvo la noticia, que el Ministro de Exteriores danés, con capacidad para comprometer a su país, realizó posteriormente unas declaraciones en las que advertía que se había malinterpretado la citada resolución y que era un asunto que debía resolverse en España de  acuerdo con su derecho interno.

Recientemente, diputados de varios países presentaron una propuesta sobre la situación de las naciones sin Estado ante el Consejo de Estado, incluida Cataluña, que fue finalmente desestimada.

En fin, suma y sigue, los contactos entre separatistas catalanes con parlamentarios extranjeros para tratar una cuestión que afecta al conjunto de ciudadanos de España continúan…