The Diplomat in Spain

Los empresarios pueden arrastrar muchos votos contra la independencia.

Miguel Cifuentes. Madrid

La amenaza de independencia de Cataluña ha producido algo insólito en décadas en España: ha puesto de acuerdo a todo el empresariado contra el intento de secesión de la candidatura de Junts Pel Si, que impulsa el presidente de la Generalitat, Artur Mas.

En las últimos días se ha producido algo más  insólito: la AEB, patronal de los bancos, y la CECA, patronal de las cajas, han firmado un comunicado conjunto en el que se pronuncian contra la independencia unilateral de Cataluña. Siempre en el supuesto de que haya tal declaración, tras la victoria de los secesionistas el 27 de septiembre.

Esta aparición de los empresarios en la campaña electoral catalana no es irrelevante y puede producir un vuelco en las expectativas de voto. Los empresarios pueden arrastrar muchos votos contra la independencia, como ocurrió en el referéndum de Escocia del 2014. Entonces, grandes empresarios británicos, grandes bancos, incluso la Bolsa de Londres, se pronunciaron en contra de la secesión de Escocia, y eso tuvo su influencia en el resultado final a favor del No.

El posicionamiento de las grandes organizaciones empresariales catalanas y españolas es un aviso a navegantes para los independentistas y para todos los ciudadanos catalanes. Los empresarios advierten que se está jugando el futuro y el bienestar de esa región y ponen en cuestión las promesas engañosas de los secesionistas de un país nuevo y más justo dentro de la Unión Europea y del euro.

Los bancos y cajas son claros y contundentes en tres aspectos que van contra la estrategia de Mas: 1) es seguro que Cataluña se quedará fuera del euro, con gravísimas consecuencias de todo tipo para la economía y la estabilidad financiera;  2) se replantearán seguir en Cataluña en semejante escenario de inseguridad e incertidumbre y 3) nada se debe hacer fuera del marco constitucional vigente y las leyes actuales. Los banqueros exigen a los políticos que busquen soluciones dialogadas y no creen más conflictos e incertidumbres.

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Las advertencias de los grandes bancos y organizaciones empresariales pueden restar votos al independentismo

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Artur Más ya tiene en contra de su proyecto a casi todo el empresariado catalán, con la patronal Fomento del Trabajo al frente. Solo le apoyan Pymec y Cecot, dos pequeñas patronales de pymes lideradas por dirigentes nacionalistas protegidos por la Generalitat.

Tiene enfrente también a la gran patronal española CEOE, liderada por Juan Rosell, un catalán casualmente. Se le enfrenta también la mayor asociación empresarial de pymes de España, la CEPYME. Se han pronunciado en contra de su proyecto soberanista también la Cámara de Comercio de España, con su presidente, Jose Luis Bonet –otro catalán- al frente; el Círculo de Economía de Barcelona, el Círculo de Empresarios de Madrid, la patronal madrileña CEIM, la patronal del metal CONFEMETAL, y la patronal de las Telecomunicaciones AMETIC, de la que son socios Telefónica, Vodafone y Orange.

Todas estas organizaciones le dicen muy claro a Mas que su proyecto de independencia “es ilegal e inconstitucional” y que trae como consecuencia graves perjuicios económicos para Cataluña y España. Advierten claramente de que su proyecto supone sacar a Cataluña de la Unión Europea y del euro.

El que fuera presidente del Círculo de Empresarios, el catalán Claudio Boada, califica el proyecto independentista de “auténtico disparate”, que ha fracturado a la sociedad catalana y coloca a Cataluña en el disparadero. Con todo, confía en que “la sangre no llegue al rio” y en que los catalanes, el día 27 de septiembre, sean más sensatos y racionales que sus dirigentes políticos.