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La Venezuela inflacionaria

 

Carolina Abrusci

Representante de la Fundación Ciudadanía y Valores en Venezuela

 

Venezuela vive una etapa de plena consolidación de un proyecto antipolítico y antidemocrático que lleva años en el poder, y que hoy en día se encuentra en la cúspide de su carácter totalitario, así como también –paradójicamente- en su momento de mayor inestabilidad y elevados niveles de rechazo. Esta situación hace que en las calles se respire descontento, malestar, tensión, y que el día a día de los venezolanos se vea afectado de manera inevitable e invariable por las erradas políticas de quienes hoy se encuentran en el gobierno nacional.

 

Ha llegado el momento que advertía el economista García Banchs según el cual la economía ha logrado imponerse por encima de la política, siendo ésta la que venía protagonizando los análisis del acontecer nacional desde hace ya varios años con toda la inestabilidad y polarización que se vive en Venezuela. Esto fue posible en gran parte a los elevados ingresos por concepto de precios de petróleo, los cuales permitieron al gobierno venezolano disponer de recursos para mantener su política tanto a nivel nacional como internacional. Ahora la economía deja de ser un factor que juega a favor y se convierte en una limitante que obliga al gobierno nacional a replantearse escenarios con condiciones menos favorables.

 

El poder adquisitivo de los venezolanos ha mermado considerablemente, pues la inflación avanza tan rápido que frente al ahorro, el crédito se ha convertido en la opción a la que muchos recurren, no por voluntad, sino por necesidad. El salario mínimo en Venezuela se ubica en 5.634,47 Bs, y el euro amanece hoy –varía a diario- a una tasa de 300 Bs por euro. Si “traducimos” entonces al valor del euro que la gente asume en la calle, el salario mínimo de un venezolano vendría siendo de apenas 19 euros al mes. Esa es la realidad de un país consumido no sólo por la polarización y la violencia, sino por la escasez y la inflación. Es así como la popularidad de Nicolás Maduro ha ido disminuyendo.

 

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El salario mínimo de un venezolano viene siendo de unos 19 euros al mes

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Pareciera entonces que para distraer la atención de los problemas nacionales –que no son pocos- Nicolás Maduro y el gobierno venezolano vuelven a asumir una posición hostil y fuerte frente a mandatarios y gobiernos de otros países, entre los cuales destacan las tensiones hacia Estados Unidos y recientemente el caso de España.

 

Pero estas tensiones ya tienen consecuencias: España llamó a consulta a su embajador en Caracas. Y el gobierno venezolano, desmedido, amenazó incluso con tomar represalias contra los intereses españoles en el territorio bolivariano.

 

Con respecto al caso estadounidense la situación ha sido particularmente tensa. Bajo el eslogan “Venezuela no es una amenaza, somos esperanza” y “Obama deroga el decreto ya” el gobierno nacional ha comenzado una campaña multimillonaria en respuesta a las medidas y sanciones implementadas  por  el gobierno  estadounidense en contra  de funcionarios venezolanos.

 

Los venezolanos nos encontramos en un año electoral –a pesar de que el Consejo Nacional Electoral no haya anunciado aún la fecha exacta de las elecciones parlamentarias que deben llevarse a cabo este año- y eso desvía también no sólo la atención, sino muchos de los esfuerzos que desde la alternativa democrática deben hacerse para recuperar un espacio esencial como lo es la Asamblea Nacional. A pesar del ventajismo y de la reingeniería de los circuitos electorales, esta cita representa una oportunidad para organizar a la población y para traducir ese descontento en un resultado político e institucional que permita sentar las bases del cambio.

 

Pero para ello, la propia oposición debe asumir la unidad como valor, dejando de lado las diferencias que efectivamente existen entre los distintos factores que la integran, y respetando la autenticidad y el mérito de los liderazgos que efectivamente puedan motivar al ciudadano venezolano a votar, en medio de un clima de desesperanza y fuerte antipolítica.

 

Este artículo es un resumen de un documento publicado por la Fundación Ciudadanía y Valores, en el siguiente enlace: La Venezuela inflacionaria.

 

 

Luis Ayllon

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