The Diplomat in Spain

García-Margallo, ayer, antes de atender a los medios

Darío Menor. Roma

España confía en que la diplomacia palestina ayude a limar asperezas en las relaciones entre el Gobierno de Mariano Rajoy y el del venezolano Nicolás Maduro. Lo aseguró ayer el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, tras reunirse en Roma con el presidente palestino, Mahmud Abbas.

Al ser informado por Abbas de que el jefe de la diplomacia palestina, Riad al Malki, tiene previsto visitar mañana Caracas para entrevistarse con los mandatarios del país latinoamericano, García-Margallo manifestó su deseo de que Al Malki “ayude a suavizar las relaciones” entre España y Venezuela.

Tras la apertura de la Embajada palestina en la capital venezolana en 2009, estas dos naciones han mantenido una gran sintonía, impulsada por las duras críticas que solía lanzar a Israel el anterior presidente, Hugo Chávez. Llegó a llamarlo “el Estado genocida”. La tensión entre Caracas y Madrid ha vuelto a calentarse después de que esta semana las autoridades venezolanas comunicaran que “no era bienvenido” en el país el ex presidente del Gobierno español, Felipe González. El antiguo mandatario socialista tenía previsto viajar a Venezuela para asistir en su juicio al líder opositor Leopoldo López, encarcelado desde hace más de un año.

El ministro de Asuntos Exteriores calificó de “muy importante” su entrevista con Abbas y aseguró que España aprovechará su presencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como miembro no permanente para impulsar una solución al conflicto palestino-israelí. En este sentido, se congratuló de que la Santa Sede anunciase esta semana que reconoce formalmente al Estado palestino.
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Margallo espera que el acuerdo nuclear haga de Irán «parte de la solución» de los problemas de Oriente Medio

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“Es un hecho histórico que por primera vez la bandera de Palestina haya ondeado en el Vaticano”, aseguró García-Margallo, haciendo referencia a la audiencia mantenida ayer en el Palacio Apostólico del Vaticano entre el Papa Francisco y Abbas. “Es un hecho de una extraordinaria significación”, remarcó.

En su repaso a la situación de los conflictos de Oriente Medio, el presidente palestino y el ministro de Asuntos Exteriores celebraron las “buenas noticias” que llegan sobre Libia, pues Argelia y Egipto parecen haber “suavizado” sus diferencias acerca de una posible intervención en la nación magrebí. García-Margallo explicó que la operación se desarrollaría por vía aérea o naval y tendría como objetivo acabar con los barcos y con las instalaciones que utilizan los traficantes de inmigrantes.

Otro de los países de la región sobre los que hablaron fue Irán. El ministro recordó que el 30 de junio termina el plazo que se han dado las delegaciones de Occidente y de este país de mayoría chií para terminar el acuerdo sobre el programa nuclear. Si estas conversaciones concluyeran con éxito, Teherán podría “formar parte de la solución de los problemas” de Oriente Medio, aseguró García-Margallo. “Incluido el palestino”, subrayó, recordando la estrecha relación entre el Gobierno iraní y el grupo terrorista palestino Hamás.

El último conflicto de la región que afrontaron fue el de Siria. Abbas transmitió al jefe de la diplomacia española que hay buenas perspectivas, pues parece posible la celebración de un encuentro entre los representantes de la oposición y del régimen de Bashar al Assad. “Siempre ha sido esa la tesis del Gobierno español. Al Assad debe formar parte de las negociaciones, aunque en ningún caso pueda formar parte del futuro de Siria”, sentenció García-Margallo.