El ministro de Exteriores llamó ayer a consultas al embajador en Caracas./ Foto: GP/La Razón.
The Diplomat. Madrid
Las relaciones entre España y Venezuela alcanzaron ayer su mayor nivel de deterioro en los últimos años, después de que Nicolás Maduro aumentara un grado sus ataques a las autoridades españoles y el Ejecutivo de Mariano Rajoy respondiera llamando a consultas al embajador en Caracas, Antonio Pérez-Hernández.
España ha utilizado en contadas ocasiones esa medida diplomática, la más seria antes de la retirada de un embajador y la ruptura de relaciones diplomáticas y ha tratado de evitar enzarzarse en una escalada de declaraciones con el presidente venezolano, a pesar de que este, en los dos años que lleva en el poder ha insistido en sus insultos a los gobernantes y ex gobernantes españoles y, especialmente, a Mariano Rajoy.
A las acusaciones de franquista, ultraderechista, racista, etc, hechas por Maduro contra el presidente del Gobierno, se había respondido, a lo sumo, convocando al embajador venezolano para protestar. En ninguna de las tres ocasiones en que Maduro llamó a consultas a su embajador en Madrid por distintos motivos, España respondió con la misma medida.
España ha utilizado la medida en muy escasas ocasiones en los últimos años
Ahora, sin embargo, las acusaciones a España de apoyar actividades terroristas contra Venezuela han provocado la reacción del Gobierno, que las ha calificado de “intolerables” y “particularmente ofensivas”, teniendo en cuenta lo que ha sufrido España durante muchos años por la lacra del terrorismo. A ello ha contribuido también los calificativos de “corrupto, bandido y ladrón” aplicados por Maduro a Rajoy y la decisión de la Asamblea Nacional dominada por los grupos chavistas de declarar al ex presidente del Gobierno Felipe González “persona non grata” por asesorar a los abogados defensores de los opositores encarcelados.
España es bastante reacia a tomar la medida de llamar a consultas a uno de sus embajadores porque la considera muy seria. El actual Gobierno sólo había hecha con el embajador en Siria, Julio Albi, en febrero de 2012, ante la situación de inseguridad que vivía el país y el agravamiento de la represión contra la población civil por parte del régimen de Bachar al Asad. El empeoramiento del conflicto ha impedido la vuelta a la normalidad.
El anterior gobierno, de José Luis Rodríguez Zapatero, también llamó a consultas al embajador en Honduras, Ignacio Rupérez, en julio de 2009, a raíz del golpe de Estado contra el presidente de Honduras, Manuel Zelaya.
Por su parte, el Ejecutivo de José María Aznar, también llamó a consultas al embajador en Rabat, Rafael Arias-Salgado, en julio de 2002, después de que soldados marroquíes invadieran la isla de Perejil.