Enikö Györi (centro), con un grupo de asistentes al estreno./ Foto: Embajada de Hungría.
Juan David Latorre. Madrid
La embajadora de Hungría en España, Enikő Győri, afirmó, en el estreno del documental «La encrucijada de Ángel Sanz Briz», que «nosotros, la generación de la paz en Europa, tenemos un gran deber para que en nuestro continente y en el mundo entero nunca más puedan establecerse regímenes que cobren legitimidad del mal inherente al ser humano».
El pasado 3 de febrero tuvo lugar en su ciudad natal, Zaragoza, el estreno del documental que narra cómo el diplomático español salvó la vida de miles de judíos húngaros, durante su etapa como cónsul en Budapest. Enikő Győri hizo hincapié, durante su intervención en la presentación de la película, en que «debemos estar en guardia para que nunca tengamos que vivir en un mundo donde la única esperanza de los perseguidos es el heroísmo individual».
Al evento, que registró una gran afluencia de público, asistieron también la consejera de comunicación de la Embajada de Israel, Hamutal Rogel; el hijo de Ángel Sanz Briz, Juan Carlos, y el director de la película, José Alejandro González.
El documental se presentará en Madrid esta primavera y se prepara su proyección en Budapest
La película, rodada en escenarios húngaros, españoles e israelíes, tras años de investigación, refleja un estudio documental meticuloso sobre Sanz Briz, sus actividades y el entorno histórico. También está prevista la presentación del documental en Madrid la próxima primavera y se están llevando a cabo los preparativos para la proyección del mismo en Budapest, según informa la Embajada de Hungría en un comunicado.
Ángel Sanz Briz, llamado el Ángel de Budapest (Zaragoza, 28 de septiembre de 1910 – Roma, 11 de junio de 1980), estuvo destinado en Budapest durante la Segunda Guerra Mundial. En 1944, actuando por cuenta propia -según algunos autores, “oficialmente” con independencia del gobierno de Franco (pero sin sufrir tampoco represalia alguna por ello)-, contribuyó a salvar la vida de cinco mil judíos húngaros durante el Holocausto, proporcionándoles pasaportes españoles, en un principio aquellos que alegaban origen sefardí en virtud de un Real Decreto de 1924 del directorio militar de Primo de Rivera, y posteriormente a cualquier judío perseguido.
Como ya informamos en The Diplomat, el pasado mes de septiembre de 2014, el Ayuntamiento de Madrid resolvió dedicar una de sus calles de la capital a la memoria del diplomático español.