The Diplomat. Madrid
La rueda de prensa de fin de año ofrecida por Mariano Rajoy no arrojó ninguna novedad en lo que a política exterior se refiere. La comparecencia estuvo centrada en asuntos nacionales, fundamentalmente la situación económica, y la única referencia internacional fue la alusión a que España asumirá el 1 de enero un puesto en el Consejo de Seguridad de la ONU como miembro no permanente durante los próximos dos años, acompañada de una genérica declaración de que allí defenderá la libertad, el respeto de los Derechos Humanos y la Cooperación Internacional.
Tampoco las preguntas de los periodistas se interesaron por asuntos internacionales, excepto por el papel de España en la protección de los cristianos perseguidas en diversos países del mundo. La respuesta de Rajoy fue también una vaga afirmación de defensa de los derechos de esas minorías.