The Diplomat in Spain

El cénit de producción de Repsol en Libia fue de 1,7 millones de barriles al día.

Julio García. Madrid

El agravamiento del conflicto en Libia el pasado verano está provocando graves consecuencias a la compañía energética Repsol, que cada día pierde un millón de euros desde que cerró sus pozos en el sur del país en julio. La multinacional española llegó a extraer el 30% de su producción mundial, una cifra que se redujo al 10% en 2012 con el inicio del conflicto armado.

El embajador de España en Libia, José Antonio Bordallo, detalló este miércoles en la Comisión de Exteriores la penosa situación que vive este país, después de que él mismo fuera evacuado a España el pasado 31 de julio. Durante su comparecencia dijo que Repsol pudo trabajar durante un tiempo gracias a la protección de la milicia de Zintan. Pero sus pozos posteriormente quedaron en manos de los tuareg y, en última instancia, en las de la facción islamista de Misrata, la más radical de las que operan en el país. Desde ese momento están cerrados.

En la actualidad, únicamente 12 trabajadores de Repsol permanecen en Trípoli a la espera de que la situación mejore, aunque el embajador fue muy pesimista. «Estamos mucho más cerca de una guerra civil, mucho más cerca de la desmembración de Libia, y que se nos vaya de las manos el tema terrorista», sintetizó a los diputados. Bordallo recordó que el cénit de producción de Repsol en Libia fue de 1,7 millones de barriles al día.

En julio se evacuó a España desde Libia a 102 personas del total de 250 ciudadanos que formaban la comunidad de españoles residentes en el país magrebí, la mayoría de ellos personas vinculadas a empresas y matrimonios mixtos hispano-libios. En la primera de ellas, el pasado 28 de julio, 25 trabajadores españoles y 19 portugueses fueron trasladados por tierra desde Trípoli hacia la frontera tunecina en condiciones muy difíciles, superando varios check-point y “encomendándose a Dios y al diablo”. Las dos siguientes, el 29 y 31 de julio, se realizaron en dos aviones Hércules, justo desde el aeropuerto de Mitiga, en Trípoli, que fue bombardeado esta semana. En la actualidad, quedan 45 españoles en Libia.

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Todas las embajadas occidentales están cerradas en Trípoli, salvo las de Italia, Malta, Hungría y España

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Asimismo, sólo hay cuatro embajadas occidentales abiertas en la capital: las de Italia, Malta, “el verso suelto» de Hungría y España. La española mantiene un funcionamiento «bicéfalo», con personal local en Trípoli protegido por 10 policías, y luego tres diplomáticos que trabajan desde Túnez, entre ellos el propio embajador Bordallo. Desde allí siguen la situación del “avispero libio” con más seguridad.

Por último, explicó que la Conferencia sobre Libia, prevista para el 18 y 19 en el Palacio de El Pardo, no se puedo llevar a cabo por problemas de agenda de varios ministros de Exteriores, pero sobre todo “por un factor extraño e inesperado” como fue el fallo del 6 de noviembre del Tribunal Supremo libio, que determinó que el gobierno de Tobruk, reconocido por la comunidad internacional, era ilegítimo. Esta decisión judicial ha provocado “un pánico generalizado” en las cancillerías occidentales y envalentonó a las milicias islamistas de Misrata, que controlan Trípoli y el 85% del país, inclusive las plantas de Repsol.