Doña Letizia con el director general de la FAO, José Graziano da Silva / Foto: FAO. G. Carotenuto
Darío Menor. Roma.
“Invertir en mejorar la nutrición no es sólo un imperativo moral, sino también una medida sensata desde una óptica económica, pues aumenta la productividad y el crecimiento económico, reduce costes en atención sanitaria y promueve la educación, la capacidad intelectual y el desarrollo social. Invertir en mejorar la nutrición es prevenir”. Fueron las palabras de la Reina en la FAO ayer durante la segunda conferencia internacional sobre nutrición celebrada en Roma.
Radiante con un elegante vestido rojo, Doña Letizia, la primera monarca española que hablaba en el auditorio de esta organización de Naciones Unidas dedicada a la agricultura y la alimentación, dijo que resulta “inaceptable” que más de 800 millones de personas padezcan hambre crónica, mientras 1.400 millones tengan sobrepeso y obesidad. En la FAO coincidió con el Papa Francisco, a quien saludó con una genuflexión.
Para responder a este “desafío”, la Reina subrayó el papel de las mujeres. “En esta necesaria acción colectiva para que los sistemas alimentarios mejoren, el reforzamiento decidido del papel de la mujer tiene un valor especial. Mientras la mujer siga siendo la responsable de la alimentación familiar en muchos lugares del mundo, es fundamental dotarla de los conocimientos necesarios para contribuir a la mejora de la nutrición”, destacó.
Don Felipe no quiso responder a una pregunta sobre el referéndum catalán
El día antes de participar en la conferencia internacional sobre nutrición, Doña Letizia acompañó a Don Felipe en su primera visita a Italia tras su proclamación como jefe de Estado. Sus majestades se reunieron con los más altos cargos del Estado italiano, comenzando con el presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien se interesó sobre la situación de Cataluña, según informaron los diarios italianos.
Precisamente sobre este asunto Felipe VI no quiso pronunciarse. Tras su encuentro con el primer ministro, Matteo Renzi, el Rey realizó una inusual comparecencia ante los medios que le esperaban frente al palacio Chigi, sede de la Jefatura de Gobierno italiano. Después de valorar el “magnífico estado” de las relaciones entre ambos países, el monarca dejó en el aire la pregunta que un periodista español le hizo sobre cómo valora el reciente referéndum de Cataluña.
Don Felipe, sin embargo, no quiso decir más y se dirigió a Doña Letizia para recorrer con ella a pie los alrededor de 100 metros que les separaban del Palacio de Montecitorio, sede de la Cámara de los Diputados. Allí se reunieron con la presidenta de la Cámara Baja, Laura Boldrini, quien les enseñó orgullosa las actas parlamentarias del 29 de septiembre de 1998, cuando Juan Carlos I realizó un discurso a los diputados italianos. Desde entonces no pisaba el hemiciclo un monarca español.
