The Diplomat in Spain

El ministro usó la Transición española para hablar de libertad y pluralismo./ Foto: CB/La Razón.

The Diplomat. La Habana.

José Manuel García-Margallo utilizó el lunes la reciente historia de España, durante su estancia en Cuba, para dejar mensajes de aperturismo en un país que se resiste a encaminarse por la senda de la democratización. El ministro de Asuntos Exteriores regresó ayer a Madrid sin ser recibido como se esperaba por el presidente Raúl Castro.

El titular de Asuntos Exteriores español pronunció una conferencia en el Instituto de Relaciones Internacionales en la que recordó las lecciones de la Transición española que podrían resultar útiles en Cuba. Aunque nunca mencionó a Cuba, no resultaba difícil, al escucharle, establecer un paralelismo entre la situación española y la cubana, por más de que haya sustanciales diferencias entre ambas.

Hubo mensajes genéricos de apuesta por la apertura a la sociedad civil, por la defensa del pluralismo, por la concordia y el consenso frente al enfrentamiento; y también veladas referencias a situaciones concretas vividas en España y que aún se dan en Cuba: la existencia de presos políticos, que en España termino con la Ley de Amnistía, o la ratificación de los pactos internacionales sobre Derechos Civiles y Políticos y sobre Derechos Sociales, Económicos y Culturales, que La Habana se resiste a hacer. Sin olvidar alguna alusión de más calado como que primero son las libertades y después las elecciones o como que quien pilotó la Transición fue precisamente un hombre salido de las filas del régimen franquista: Adolfo Suárez.

En las páginas de las publicaciones oficiales castristas, como Gramma o Juventud Rebelde, no hubo ayer, como era de esperar, ninguna referencia a las palabras del ministro español, aunque sí en las páginas web de la disidencia.

No hay ninguna constancia de ello, pero tal vez ese discurso pudo haber sido el motivo por el que Raúl Castro no recibió a García-Margallo, tal y como se pensaba que podía suceder. En su lugar lo hizo el vicepresidente primero del Consejo de Ministros, Miguel Díaz Canel, a quien se señala como el posible sucesor de Castro en 2018.

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Como se esperaba, el ministro no se vio con los disidentes de la isla

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García-Margallo también se entrevistó con su colega cubano, Bruno Rodríguez, con quien ha llegado a mantener una buena relación personal, trabada en la negociación para la salida del periodista Martín-Ferraté y del dirigente juvenil del PP Ángel Carromero. Precisamente estos hechos son los que han llevado al ministro español a intentar preservar la buena sintonía, ya que hay otros tres españoles pendientes de juicio por distintos motivos en la isla.

Como se esperaba, no hubo encuentro con los disidentes de la isla. Ésa es una línea roja que el régimen castrista no admite que se traspase. Ello ha provocado el malestar de los grupos opositores y a ello se responde desde el Ministerio de Exteriores, recordando que ya les resulta más fácil viajar a España ya pueden ser recibidos allí, como ya ha sucedido en más de una ocasión.