Embajada de Palestina en Madrid.
Eduardo González. Madrid
La reciente reunión entre el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y los embajadores árabes acreditados en Madrid ha servido para recordar el papel que España puede jugar en el proceso de paz en Oriente Próximo como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, un reto que, curiosamente, ha generado grandes esperanzas tanto entre los israelíes como entre los palestinos.
«Nosotros apoyamos a España para que entrara en el Consejo de Seguridad porque estamos convencidos de que será beneficiosa para todos», declaró la portavoz de la Embajada de Israel en Madrid, Hamutal Rogel-Fuchs, a The Diplomat in Spain. «España es un gran amigo de los árabes y de los palestinos y todos los Gobiernos españoles nos han apoyado siempre, tanto los de izquierdas como los de derechas», afirmó también a The Diplomat el delegado palestino en Madrid, Musa Amer Odeh.
A juicio de la portavoz israelí, las presiones a que está sometido el Gobierno español para que reconozca a Palestina como miembro de pleno derecho no tienen ninguna trascendencia porque «la posición de Margallo ha sido muy clara respecto a que el Estado palestino sólo puede venir de un acuerdo con Israel».
En cambio, Amer Odeh se mostró esperanzado en que España reconozca a Palestina «muy pronto» y advirtió de que la creación del Estado no debe surgir de una negociación con Israel. «Ya hubo negociaciones, se celebraron en Madrid», declaró en referencia a la Conferencia de Paz de 1991. «Estamos dispuestos a negociar las relaciones con Israel para vivir en paz como buenos vecinos, pero el reconocimiento de Palestina no es una decisión que corresponda a Israel», manifestó.
El delegado palestino en España considera que el reconocimiento del Estado «no corresponde a Israel»
Durante su encuentro con los embajadores árabes, Margallo reiteró el deseo de España de «avanzar hacia el reconocimiento mutuo y recíproco de dos Estados, Israel y Palestina, como fruto de una solución completa y negociada del conflicto».
Por su parte, Hamutal Rogel-Fuchs quitó importancia a las críticas de España por la próxima construcción de 500 viviendas en Jerusalén, por considerar que «España tiene derecho a quejarse e Israel tiene derecho a construir». Asimismo, valoró positivamente que el Gobierno haya condenado el atentado del jueves en Jerusalén y haya criticado a Hamás por «alabar» a sus autores.
Respecto a este asunto, el delegado palestino se mostró contundente: «La raíz de la violencia es la política de Israel» y, por ello, la Autoridad Palestina coincide con Hamás en su apoyo a la «resistencia popular» a esa política que «viola el Derecho Internacional, los derechos humanos y el sagrado derecho a la autodeterminación».