USB dice que La Caixa y Banco Sabadell tendrán que irse de Cataluña.
Miguel Cifuentes. Madrid
Desde finales de 2012, cuando arreció la corriente soberanista, Cataluña asiste a una caída de inversiones continua y contempla el desvío de proyectos industriales a otras regiones españolas, singularmente Madrid. Proyectos de ampliación o de nuevas inversiones extranjeras se congelan o se cancelan, en espera de que se despeje la incertidumbre a que someten los nacionalistas a Cataluña, según fuentes del Ministerio de Economía.
Los datos son significativos: en la primera mitad de los años 2013 y 2014 la inversión exterior en Cataluña ha caído en un rango entre el 60 y 70 % respecto a iguales períodos de un año anterior. En los seis primeros meses de este año se registraron entradas de capital exterior por solo 522 millones de euros, mientras que en el mismo periodo de 2013 ascendieron a mas del doble, hasta los 1.267 millones de euros. Son datos del registro de Inversiones del Ministerio de Economía y Competitividad.
Grupos de inversión chinos han suspendido inversiones financieras e inmobiliarias, ya analizadas y previstas para este año, a la vista de la falta de garantías de estabilidad política y económica; y multinacionales alemanas, suizas y japonesas han congelado nuevas inversiones por el momento.
En 2013 y lo que va de 2014 la inversión cayó entre un 60 y 70% en términos interanuales
En Cataluña hay una fuerte concentración de industrias multinacionales en los sectores del automóvil, química, farmacia y alimentación, propiedad de corporaciones europeas, norteamericanas y japonesas que ven con preocupación el separatismo catalán. Aunque oficialmente no se pronuncian, oficiosamente ha habido manifestaciones significativas contra el soberanismo por parte del capital extranjero. Hace pocos meses un numero grupo de ejecutivos, y entre ellos ejecutivos de multinacionales alemanas, se significaron en contra del proceso soberanista catalán, perjudicial para España, Cataluña y para la propia Unión Europea, al crear un peligroso precedente de ruptura territorial en un estado miembro del club comunitario.
En la comunidad de los negocios extranjera en Cataluña es un lugar común que, tras una declaración unilateral de independencia, muchas empresas extranjeras se replantearían seguir en una Cataluña fuera de la Unión Europea y del euro. Cataluña ya no garantizaría la rentabilidad y seguridad de sus inversiones y se convertiría en una especie de jaula o isla, sujeta a aranceles comerciales y aduaneros, y fuera del paraguas de la moneda única europea.
Suspendidos varios proyectos ante una eventual salida de la UE y el euro
Almudena Semur, gerente del IEE (Instituto de Estudios Económicos),» think tank» de la patronal española, CEOE, señala que “hay que tomar con distancia las cifras y analizar una serie más larga de tiempo, aunque es posible que en los dos últimos años, por el clima secesionista, se esté dando un freno a la inversión exterior e incluso que se haya desviado a otras regiones proyectos que iban a Cataluña”. La principal beneficiaria de ese desvío sería Madrid, que es ya el primer destino en España de la inversión extranjera.
Semur subraya que “la preocupación del capital extranjero es muy razonable ya que Cataluña no sería una lugar seguro para invertir». «Sería desde su independencia -añade- un país insolvente, con una deuda muy alta y una grave incapacidad para financiarse en los mercados internacionales. De hecho vive de la asistencia financiera del Estado español que le ha aportado hasta octubre pasado 108.000 millones de euros, tanto por el FLA (Fondo de Liquidez Autonómica) como el PPP (Plan de Pago a Proveedores)”. La gerente del IEE asegura que “los inversores internacionales están estupefactos ante semejante incongruencia, y no pueden entender como Cataluña quiere la independencia de un Estado al que debe su liquidez y sin el cual no puede sobrevivir”.
La agencia de calificación Fitch, el banco suizo USB y el banco de inversión americano Morgan Stanley han señalado en las últimas semanas los riesgos que tiene Cataluña como destino de inversión si persiste la deriva independentista. Fitch habla de la deuda catalana como próxima al bono basura, y señala que habrá consecuencias funestas si se produce una declaración unilateral de independencia, con fuga de capitales y de depósitos bancarios. Mientras, USB dice que La Caixa y Banco Sabadell tendrán que irse de Cataluña para seguir bajo el paraguas del euro y de la liquidez del Banco Central Europeo.