Fallon y Picardo durante el encuentro/Foto: GBC
Eduardo González. Madrid
El Gobierno británico ha respondido al ministro principal gibraltareño, Fabián Picardo, que no considera necesario el incremento de los recursos militares navales en la colonia porque las incursiones de los barcos españoles en las aguas reclamadas por Gibraltar «son una violación de la soberanía, pero no una amenaza a la soberanía».
Picardo reiteró su petición de nuevos recursos militares el pasado 16 de octubre durante una visita oficial al Peñón del ministro británico de Defensa, Michael Fallon, según han informado los medios oficiales y el propio Gobierno gibraltareño.
El ministro, citado por la televisión pública gibraltareña, se mostró «preocupado» por el incremento de las incursiones navales españolas «en aguas británicas» y por «el aumento de su gravedad», pero advirtió de que no veía motivos para el incremento de los recursos de la Royal Navy en la zona para afrontar el problema.
En este sentido, Fallon reiteró los argumentos esgrimidos recientemente por el Foreign Office según los cuales las incursiones españolas suponen «una violación de la soberanía pero no una amenaza a la soberanía». A juicio de Picardo, el aumento de la presencia de la Royal Navy serviría de «elemento disuasorio» para los barcos de la Armada y de la Guardia Civil españolas.
El ministro de Defensa afirma que las incursiones son «una violación de la soberanía, pero no una amenaza»
Durante su encuentro, Picardo y Fallon coincidieron en que las actuales amenazas a la seguridad regional y mundial procedentes del Oeste de África y de Oriente Próximo «subrayan, una vez más, la importancia estratégica de contar con una base operativa conjunta y permanente en Gibraltar», según indicó el Gobierno gibraltareño en un comunicado.
A principios del pasado mes de septiembre, el secretario del Foreign Office, Philip Hammond, anunció ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento británico la intención de su Gobierno de dar respuestas “rápidas y proporcionadas” a las incursiones marítimas, “que suponen una violación de la soberanía británica, pero tienen un impacto material mínimo en la vida diaria de la población de Gibraltar”. No obstante, advirtió de que se evitaría “cualquier aumento de las tensiones», que «podría conducir a una respuesta de ojo por ojo por parte de España y empeorar la situación en Gibraltar a corto plazo”.