The Diplomat in Spain

Cartel de la candidatura española./Foto: MAEC

Eduardo González. Madrid

El Gobierno español ha desplegado todo su arsenal diplomático para optar a los dos escaños vacantes que corresponden a los países occidentales como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU para el bienio 2015-2016. En los últimos tres días, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo ha mantenido en Nueva York un centenar de contactos para tratar de lograr los votos con que vencer a Turquía y Nueva Zelanda en la reñidísima votación que se celebrará este jueves en la Asamblea General de Naciones Unidas.

España, que ha pertenecido al Consejo de Seguridad al menos una vez cada década desde los años sesenta (la última vez en el bienio 2003-2004) y que es el sexto contribuyente mundial a la ONU, presentó su candidatura a principios de 2005. Para conseguir el puesto, cada país interesado deberá recabar el apoyo de al menos dos tercios (129) de los 193 Estados miembros de la Asamblea General. Si ninguno o solo uno de los contendientes obtuviese la mayoría requerida, se pasaría a una segunda ronda, o a las que sean necesarias, hasta que los países candidatos cubran las plazas vacantes. El resultado podría conocerse a media tarde de este jueves, según horario español.

Los países elegidos reemplazarán a Argentina, Australia, Luxemburgo, Corea del Sur y Ruanda y se incorporarán el próximo 1 de enero al Consejo de Seguridad, en el que se mantendrán hasta finales de 2016. Para las regiones de África, Asia y América Latina y Caribe están garantizadas las victorias de sus únicos candidatos, Angola, Malasia y Venezuela. La pertenencia al Consejo de Seguridad de la ONU no es un premio menor, ya que otorga al país beneficiario la posibilidad de tener voz y voto en asuntos relevantes relacionados con la seguridad internacional.

El resultado final de las votaciones dependerá en buena parte de las labores de lobby que llevan a cabo los respectivos ministros de Exteriores de los países aspirantes. En declaraciones a AP, el embajador de Nueva Zelanda, Jim McLay, se ha mostrado «prudentemente optimista». Por su parte, el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, ha dicho ser optimista y el embajador de este país ante la ONU, Halit Cevik, tiene «grandes esperanzas».

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El ministro mantuvo un centenar de reuniones para conseguir los 129 votos que España necesita

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La candidatura española planeó sobre la intensa agenda de reuniones, cumbres, conferencias y encuentros bilaterales que llevó a cabo García-Margallo durante la Semana Ministerial de la Asamblea General de ONU. Además, a lo largo de la pasada semana  estuvieron en Nueva York el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Gonzalo de Benito; el embajador en Misión Especial para la candidatura española al Consejo, Manuel Cacho; y el director general de Política Exterior y Asuntos Multilaterales, Ignacio Ybáñez, preparando el camino para el ministro, que volvió a la ciudad de los rascacielos en la noche del domingo.

España, cuya candidatura ha contado con un presupuesto de un millón de euros para el periodo 2013-2014, podría haber conseguido el apoyo de alrededor de 150 Estados, según fuentes diplomáticas, pero la votación es secreta y no hay nada garantizado. De momento, se da por sentado que recibirá los votos de sus socios de la UE, aunque planean grandes dudas sobre dos de ellos: Suecia y el Reino Unido.

El caso del Reino Unido se ve influenciado por el contencioso de Gibraltar y las demandas de parlamentarios británicos de que no se apoye, por ese motivo, a España par el Consejo de Seguridad. Además, estaría el supuesto veto de Madrid a la entrada de Londres en el sistema policial y judicial europeo (del que ha informado el diario The Wall Street Journal), todo ello sin olvidar la pertenencia de Nueva Zelanda a la Commonwealth. En todo caso, Reino Unido no ha querido pronunciarse sobre el sentido de su voto con el argumento de que es «secreto».

Por lo que respecta a Suecia, entre el centenar de contactos que ha mantenido estos días García-Margallo en Nueva York, uno de ellos ha sido con el representante sueco. El Gobierno de Estocolmo se ha sentido muy molesto por la promesa hecha por España a Italia y Países Bajos de apoyar su candidatura al Consejo para el bienio 2017-2018 y no a la candidatura sueca.

El Gobierno espera contar también con el apoyo del conjunto de América Latina, incluida Cuba, pero con la salvedad de Brasil, con el que España mantiene fuertes divergencias sobre diversos asuntos, entre ellos sobre la estructura misma del propio Consejo de Seguridad.