Una madre aprendiendo a coser en Kenia./ Foto: Opus Dei
Julio García. Madrid
La acción humanitaria del ingeniero y sacerdote Álvaro del Portillo alcanza a día de hoy a cientos de miles de personas de los cinco continentes. Con motivo de su beatificación ayer en Madrid, un grupo de 40 responsables de iniciativas sociales que impulsó el prelado del Opus Dei se reunieron hace unos días en la capital de España para mostrar esta labor solidaria y humanitaria de lucha contra la pobreza.
En un encuentro con periodistas, alguno de ellos relatan sus experiencias Así, Frankie Gikandi, responsable de Kimlea (Kenia), destaca la visita que Álvaro del Portillo realizó a una zona rural de ese país en 1989, donde observó el trabajo duro de mujeres y madres en la recolección de té. Allí se fundó esta institución, para mejorar la vida de este colectivo de mujeres y que puedan tener unos ingresos superiores a los 2 euros que ganan en el campo.
Así, se les facilita formación, se les prepara para trabajar en hostelería, se les enseña a utilizar una máquina de coser y a poder superar, en el caso de las madres, el tener que cuidar solas a sus hijos, ya que el hombre normalmente busca trabaja en la ciudad y nunca regresa al campo.
Por su parte, Ito Diejomaoh, director de Niger Foundation, relata que tras la visita del prelado se ha podido construir un hospital en el que actualmente trabajan 20 médicos y hay 40 camas. Además, se facilitan vacunas y un programa de diabetes. Aspiran a una medicina personalizada y tratar con más dignidad a los pacientes, especialmente los afectados por tuberculosis.
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Las iniciativas van desde los hospitales de Nigeria al Bronx de Nueva York
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En el Rosadale Center, situado al sur del Bronx, en New York, las alumnas, la mayoría hijas de inmigrantes de países caribeños, reciben formación en música y tutorías, para que puedan superar la situación de pobreza en esa zona de la ciudad, una de las más pobres de Estados Unidos. Su responsable, Angela Reckart, alaba la iniciativa que tomaron en 1978 mujeres y madres de este barrio neoyorquino para crear el centro motivadas por el ya beato Álvaro del Portillo.
Kinal es otro proyecto del Opus Dei en Guatemala. Edgar Umana, director de esta fundación, señala que 1.500 jóvenes reciben formación técnica en una de las zonas más pobres de la ciudad, justo al lado de los basureros, donde trabajan los padres de estos chicos como guajeros. También se les forma en valores humanos y todos están becados.
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