The Diplomat in Spain

Foto: Ministerio de Industria

Eduardo González. Madrid

España figura entre el grupo de países de la UE con un nivel de competitividad «modesto pero en aumento», según revela Reindustrialización de Europa 2014, un informe sobre la competitividad de los Estados miembros elaborado por un grupo de expertos para la Comisión Europea. El mismo informe de 2013 presentaba un panorama muy preocupante para España, al que situaba como el tercer país de la UE en caída industrial, sólo por detrás de Chipre y Grecia.

El documento advierte de que, a pesar de «la ardua batalla que han tenido que librar las empresas europeas por mantener su competitividad durante la crisis que se inició en 2008», de no adoptarse las medidas adecuadas a nivel nacional y de la UE, «los efectos de la crisis serán insalvables». En este sentido, el informe señala que, «además de crecer y crear empleo, la UE y sus Estados miembros deben ser innovadores, convertir el conocimiento en riqueza y utilizar los recursos naturales de manera sostenible para seguir siendo líderes mundiales en materia de exportación industrial».

El informe, hecho público este jueves, constata una recuperación de las exportaciones y un aumento de la productividad en la mayoría de los Estados miembros. «No obstante, si bien este dato es positivo a nivel europeo, oculta diferencias notables entre los resultados y las políticas de cada país de la UE y entre sectores», añade.

En este sentido, el informe advierte de que «muchos de los factores que obstaculizan la competitividad son comunes entre los Estados miembros», como es el caso de la falta de inversión, el acceso limitado a la financiación y el acceso a los mercados, en particular para las pequeñas y medianas empresas (PYMES), los elevados precios de la energía y la necesidad de un entorno más favorable a las empresas y a la administración pública.

En este marco general, el estudio clasifica a los Estados miembros en cuatro grupos, en función de sus progresos. El primero corresponde al de los países «con un nivel de competitividad alto o en aumento», entre los que figuran Países Bajos, Alemania, Dinamarca e Irlanda; el segundo a «Estados miembros con un nivel de competitividad alto, pero estancado o en descenso», con Bélgica, Reino Unido, Austria, Francia, Italia, Luxemburgo, Suecia y Finlandia.

España figura en el tercer grupo, el del los países con «un nivel de competitividad modesto pero en aumento», junto a Estonia, Lituania, Letonia, República Checa, Hungría, Polonia, Portugal, Rumanía, Eslovaquia y Grecia. En el cuarto grupo, el de los Estados «con un nivel de competitividad modesto y además estancado o en descenso», incluye a Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Malta y Chipre.

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Pese a los avances, la economía española es aún «vulnerable» por los «desequilibrios acumulados»

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En el capítulo dedicado a nuestro país, el informe afirma que desde que comenzó la crisis, España ha realizado «considerables progresos para recuperar la pérdida de competitividad en precios y costes». Asimismo, destaca que España «ha mejorado significativamente sus resultados de exportación», con un considerable aumento de las exportaciones desde 2009 «debido a una mejora tanto de los factores relacionados con los costes como de los factores de competitividad-no precio». El número de empresas exportadoras ha aumentado, y España exporta actualmente a más países.

El documento hace referencia al plan de acción aprobado el pasado mes de julio por el Gobierno para reforzar el sector industrial español un plan que «contiene una serie de propuestas que contribuyen a integrar los aspectos relativos a la competitividad industrial en diversos ámbitos estratégicos, como el transporte, la inversión, la normativa inteligente, la energía, la I+D, las pymes, la enseñanza y las competencias, el acceso a la financiación, la internacionalización y el comercio».

En todo caso, advierte el documento, «a pesar de los avances registrados, la economía sigue siendo vulnerable a causa de los numerosos desequilibrios acumulados», razón por la cual se recomienda la supresión de los obstáculos a la competencia en los mercados de productos y servicios y de las barreras al crecimiento de las empresas. «España debe apostar asimismo por un entorno más favorable a la innovación que apoye la transición a una economía basada en el conocimiento», agrega el informe.

El informe de 2013 advertía de que España era el tercer país de la UE, “sólo por detrás de Chipre y Grecia”, en lo que respecta a la caída de la producción industrial desde el comienzo de la crisis, con un descenso del 30 por ciento desde 2008 (la media de la UE era del 12 por ciento) y con un 13,3 del valor añadido total frente al 15,3 en el conjunto de la Unión. Los expertos lamentaban la lentitud y el retraso en la aplicación de las reformas lanzadas por el Gobierno para impulsar la industria y reclamaban un aceleramiento de las iniciativas de mejora del entorno empresarial y de la competitividad en materia de costos, a fin de hacer posible la recuperación.