The Diplomat in Spain

La última visita de un Pontífice a España fue la de Benedicto XVI en 2011, por la Jornada Mundial de la Juventud./ Foto: La Razón.  

Darío Menor. Ciudad del Vaticano.

Una hora y diez minutos duró la audiencia que mantuvo ayer en la Santa Sede la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con el secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolin. El encuentro se prolongó más de lo previsto a pesar de la apretada agenda del purpurado italiano, quien participó antes en una de las reuniones del Consejo de cardenales, el grupo de trabajo instituido por el Papa Francisco para que le aconseje y ayude en la reforma de la Curia romana y en el gobierno de la Iglesia universal.  

La “número dos” del Ejecutivo viajaba a Roma con el objetivo de cerrar la visita del Pontífice a España el año que viene con motivo del quinto centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús.

Como ya hicieron tanto Juan Carlos I antes de abdicar el trono como su sucesor, Felipe VI, durante las audiencias que mantuvieron con el obispo de Roma, Sáenz de Santamaría reiteró ante el secretario de Estado la invitación para que Jorge Mario Bergoglio viaje a nuestro país “en un momento tan particular” como es la celebración de la efeméride de la santa abulense.

Aseguró que en el Gobierno “no tenían ninguna información” que confirmase la visita. “Pero estamos esperanzados con que se produzca”, añadió sonriendo.

El análisis de la situación económica y social de España y Europa ocupó la mayor parte de la conversación entre la vicepresidenta y el “número dos” de la jerarquía vaticana. “Hemos compartido la preocupación mutua por el empleo y particularmente por el empleo juvenil. Lo que España necesita en este momento”, dijo Sáenz de Santamaría, “es trabajar para dar a los jóvenes lo que el propio secretario de Estado ha llamado una esperanza”.

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«Las relaciones están marcadas por la sintonía y la cercanía»

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La visita de ayer a la Santa Sede completa unos meses de gran actividad diplomática, destinada a continuar cuando se confirme el viaje de Francisco a España. Don Juan Carlos y doña Sofía fueron recibidos el pasado 28 de abril por el Pontífice en el Vaticano en una audiencia mucho más larga de lo habitual, en la que probablemente el monarca comunicó al obispo de Roma su deseo de renunciar a la Corona.

La abdicación se hizo pública el 2 de junio. 28 días después tenía lugar el encuentro de Felipe VI y doña Letizia con Francisco, en el que, como hizo su antecesor en el trono, el nuevo Rey reiteró la invitación para visitar a España.

Todas estos conversaciones, junto a la sintonía de posiciones en América Latina, Europa y Oriente Medio, hicieron que ayer la vicepresidenta hablase sin empacho del buen momento que viven las relaciones entre España y la Santa Sede. “Están marcadas por la sintonía y la cercanía”, aseguró.