The Diplomat in Spain

Foto: A.R.

Park Hee-kwon / Embajador de la República de Corea

Alberto Rubio. Madrid.

Conoce España desde hace treinta años, cuando llegó como estudiante a la Escuela Diplomática de Madrid. El embajador de Corea del Sur, Park Hee-kwon, habla en un fluido español sobre el desarrollo alcanzado por España, sobre todo en infraestructuras, en tres décadas. “En ese aspecto nos parecemos, porque España y Corea logramos la democratización y el desarrollo en un plazo relativamente breve”.

Nos parecemos, pero su desarrollo económico ha sido más sostenido. ¿Cómo lo consiguieron?

Hay muchos factores: liderazgo político, política económica sana y sacrificios del pueblo coreano, sobre todo en la educación. Después de la guerra todo eran cenizas. Los únicos recursos que teníamos eran los humanos. Puedo decir que el motor del milagro coreano fue la educación.

Aquí hemos cambiado muchas veces los planes de estudios y no parecen haber funcionado igual. ¿Cuál es la diferencia?

El sistema educativo siempre cambia de acuerdo a las necesidades de la sociedad. Desde los años 70 a los 90, nuestro sistema se basó en la disciplina del confucianismo y en la laboriosidad. Pero en el siglo XXI el mundo está cambiando. Antes el crecimiento se basaba en la producción masiva. Ahora necesitamos la creatividad.

En ese sentido, España tiene algunas ventajas porque tiene gente creativa. Quizá les haga falta más disciplina, pero veo con optimismo su futuro.

¿Me habla de poner el acento en la Investigación y el Desarrollo?

Ahí está el próximo salto. Nuestro gobierno está recomendando a las empresas que inviertan más en I+D. Lo llamamos economía creativa. Por ejemplo, en el campo de los móviles, Samsung está la primera del mundo. En los electrodomésticos, LG. El motor económico es ahora la tecnología punta.

La balanza comercial entre España y Corea les favorecen a ustedes y no parece que eso vaya a cambiar.

No tanto. El año pasado, el volumen de comercio fue de 3.300 millones de dólares. La balanza es más o menos equilibrada.

Pero aún a favor de Corea…

Los productos farmacéuticos, alimenticios y químicos están entrando en el mercado coreano, sobre todo desde la firma del tratado de comercio con la UE. De hecho, en su conjunto, tenemos un déficit comercial frente a la UE cada vez más grande. Y eso demuestra también el potencial de los productos españoles en nuestro mercado.

¿Y las inversiones?

Corea fue el primer inversor asiático en España en 2012, con unos 300 millones de euros repartidos en refinerías y logística. Tenemos una terminal de contenedores en Algeciras y una planta de producción de lubricantes en Cartagena. Hay también presencia de Samsung y LG. Y también al revés: las empresas españolas tienen una presencia consolidada en Corea. BEFESA abrió una planta de producción de zinc a partir de polvo de acero y Acciona construyó el primer parque eólico.

Veo un gran potencial también en el campo del turismo. Cada año 200.000 coreanos visitan España y creo que este año aumentará ese número.

¿En qué otros ámbitos ve ese potencial hispano-coreano?

Avanzando conjuntamente en terceros mercados. Por ejemplo, en América Latina. Ustedes tienen mayor conocimiento de esa región que nosotros por razones culturales e históricas. Lo mismo que nosotros en Asia. Un avance conjunto tendría efectos sinérgicos. Tenemos antecedentes: en Perú, Repsol y SK invierten en Perú Energy con buenos resultados. En Arabia Saudí, Samsung y FCC cooperan en la construcción del metro. Y en Turquía, en la construcción de refinerías, están Técnicas Reunidas y GS.

Y hay más proyectos. Esta semana nuestro ministro de Fomento visitará España para discutir esa estrategia. Por tanto una relación bilateral más estrecha será beneficiosa para España porque Corea es el único país de Asia que tiene firmados tratados de libre comercio con la UE y EE UU.

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«Estamos dispuestos a ayudar al Norte si muestra un sincero deseo de proceder a su desnuclearización»

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¿Y pronto con China?

Así es. Y España puede aprovechar a Corea para avanzar en ese mercado. En julio pasado, el presidente chino realizó una visita de estado a Corea. Nuestra presidenta y él se comprometieron a terminar las negociaciones del tratado de libre comercio antes de fin de año. Tendrá un impacto muy positivo en las relaciones entre ambos países.

¿Hasta que punto condiciona China, con su peso económico, la economía coreana?

China es nuestro primer socio comercial: 270.000 millones de dólares. Y es el primer destino de nuestras inversiones. Pero además es el único país que puede influir en Corea del Norte para que cambie su actitud beligerante. Por eso tenemos interés en fortalecer las relaciones con Pekín.

¿Ve posibilidades de retomar las conversaciones con Corea del Norte?

Nuestra presidenta ha impulsado desde febrero la “trustpolitik”, que consiste en construir la confianza mutua a través del diálogo oficial y, aunque no dudaremos en responder a cualquier provocación, mantenemos abierta esa puerta. En abril nuestra presidenta anunció su política para la reunificación en Dresde, Alemania. Propuso construir la infraestructura para el futuro de ambas coreas y resolver los problemas humanitarios, porque una parte de la población en el norte sufre hambre y también hay familias separadas desde la guerra que querrían ver a sus allegados, ya mayores, antes de morir. Estamos listos para ayudarles si ellos muestran su sinceridad en la desnuclearización. Ese es el principal obstáculo para avanzar hacia la paz.

¿Además de la desnuclearización, cree que puede haber otros obstáculos por parte de Pyongyang?

Ellos piden la retirada de las tropas norteamericanas. Pero esa presencia es esencial para la seguridad en todo el noreste asiático. Es imposible aceptar su propuesta. Por otra parte, el tamaño económico del sur es 40 veces más grande que el del norte. Si se abre la puerta, hay una posibilidad de que desaparezca el régimen comunista.

¿Las pruebas nucleares son realmente peligrosas?

La presencia de las armas nucleares en Corea del Norte es una amenaza seria y real para todo el área. Saben que con métodos convencionales no podrían ganar.

Y con las nucleares tampoco, ¿no?

No. Pero ellos ya han dicho que no abandonarán su programa nuclear y pueden provocar una carrera de armamentos en la zona.

¿Cuanto le puede costar a Corea la reunificación?

Hay mucho cálculos y varían mucho. La diferencia en capacidad económica entre ambas alemanias era mucho menor a la que hay entre las dos coreas. Pero la reunificación es inevitable.

¿Y eso cuánto costará?

Puede que un billón de dólares. Algunos académicos hablan de cifras superiores. Estamos estudiando el proceso de reunificación de Alemania para aprender de los errores que se pudieron cometer entonces y reducir los costes.

SUS FAVORITOS

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 «La ciudad más hermosa del mundo es Sevilla, me impresionó mucho».

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 «»Capital in the Twenty-First Century», de Thomas Picketty».

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 «Me gusta mucho la gastronomía española: gazpacho, paella, los pescados».

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