40 años de la histórica dimisión de Nixon

Richard Nixon anunció port televisión su dimisión como presidente.

 

The Diplomat. Madrid.

 

El 8 de agosto de 1974, el presidente norteamericano, Richard Nixon, se dirigió por televisión al pueblo estadounidense para comunicarle su decisión de dimitir como dirigente de la primera potencia mundial. Hoy se cumplen 40 años de aquel suceso que conmocionó al mundo y que dio a los medios de comunicación un protagonismo del que carecían hasta entonces.

 

A día de hoy sigue siendo la única vez en la historia de los Estados Unidos que un presidente ha dimitido de sus funciones sin haber concluido el mandato para el que había sido elegido por sus conciudadanos. Bill Clinton estuvo cerca del mismo escarnio por el caso Lewinsky, pero se salvó del impeachement.

 

¿Qué paso para que de un simple robo se llegase a la crisis política más grave en la historia de EEUU? Todo comenzó el 17 de junio de 1972 cuando cinco hombres fueron descubiertos en el interior del edificio Watergate de Washington donde se reunía el Comité Nacional Demócrata, el partido de la oposición al republicano Richard Nixon. Los cinco ladrones llevaban gran cantidad de dinero y material de escucha altamente sofisticado. A la mañana siguiente, ante el juez de guardia del distrito, los acusados se mostraron nerviosos y preocupados. Cuando el juez les preguntó por sus respectivos trabajos, cuatro de ellos, que son de origen cubano, dicen que son “anticomunistas” y el último, James McCord, dice que es “empleado retirado del Gobierno” y ante la sorpresa de los presentes, “miembro de la CIA”.

 

Los periodistas del diario The Washington Post fueron los primeros en investigar el caso. Dos de ellos, Carl Bernstein y Bob Woodward, descubrieron en la lista de teléfonos de uno de los detenidos, el nombre de Howard Hunt junto a unas anotaciones: “C.B” y “Casa Blanca”. Cuando llamaron a ese número, una telefonista les dijo que el señor Hunt estaba en el despacho de un consejero especial del presidente Richard Nixon. La conexión entre el “robo de poca monta” con la Casa Blanca ya era un hecho.

 

En los días siguientes, se supo que el detenido James McCord trabajaba para el Comité de Reelección del Presidente (CRP), una institución que recaudaba dinero por todo el país y luego lo distribuía para las actividades políticas del Partido Republicano, antes de las elecciones presidenciales que se iban a celebrar a primeros de noviembre.

 

Además, se investigó el origen del dinero encontrado en los bolsillos de los ladrones y surgió el nombre de K.Dalberg en el banco de Miami de donde se retiró la suma. Esta persona era la encargada de los fondos particulares del CRP y su labor dependía de su superior, Maurice Stans, amigo del presidente. La conclusión para los periodistas era sencilla: el dinero con el que se financió el robo provenía de personas cercanas a Nixon.

 

[hr style=»single»]

Hasta 2008 no se supo que Garganta Profunda era el número dos del FBI en aquella época

[hr style=»single»]

 

Toda la información descubierta por los periodistas del The Washington Post comenzó a ser contrastada con una fuente informativa que tenía acceso a la Casa Blanca, al Departamento de Justicia, al FBI y al CRP. Bob Woodward le puso el nombre en clave de Garganta Profunda y hasta 2008 no se supo que era William Mark Felt, número dos del FBI en aquella época.

 

Esta persona se encargó de explicar al periodista los principales casos de corrupción de la administración Nixon: instalación de micrófonos, seguimiento de personas, falsas filtraciones a la prensa, falsificación de cartas, cancelación de mítines de la oposición, investigación de las vidas privadas de los políticos de la oposición, espionaje, robo de documentos e infiltración de agentes provocadores en las primarias demócratas. Según esta fuente, “más de cincuenta personas trabajaban para la Casa Blanca y el CRP jugando sucio, saboteando y espiando”.

 

La Casa Blanca comenzó a contraatacar todas las informaciones del The Washington Post, acusándoles de estar al servicio del Partido Demócrata y de ser enemigos del presidente. Y en un primer momento esta estrategia dio resultado. En noviembre de 1972, los estadounidenses, poco informados del caso Watergate, reeligieron a Nixon con uno de los mayores márgenes de la historia de los EE.UU. El presidente obtuvo más del 60% de los votos, y ganó en todos los estados del país salvo en Massachusetts, cuna de los seguidores del asesinado J.F.Kennedy. El robo en el Watergate no había afectado en la intención de voto de los americanos.

 

A comienzos de 1973 se inició el juicio formal contra los cinco detenidos y el asunto volvió a los titulares de los periódicos. Todos los acusados se declararon culpables antes del juicio, en un intento por no inculpar a sus superiores. Sin embargo, todo dio un giro de ciento ochenta grados cuando el juez leyó una carta de James McCord, en la que éste admitía que había mentido en su declaración jurada, que había sido sobornado y amenazado por gente de la Administración y, lo más importante, que no habían sido juzgadas otras personas que habían participado en la trama del incidente Watergate. Para añadir un poco más de dramatismo, McCord subrayó que toda la planificación del asalto a la sede del Partido Demócrata se había hecho a sus espaldas, sin su conocimiento.

 

[hr style=»single»]

El caso dio un giro cuando se supo que las conversaciones de Nixon eran grabadas

[hr style=»single»]

 

El caso pasó a una comisión parlamentaria y ahí cada uno de los implicados fue declarando delante de un grupo de congresistas. Todos ellos tenían la obligación de decir la verdad y ahí empezó el final de Nixon. El testimonio más devastador para el presidente republicano fue el de Alexander Butterfield, persona encargada de la seguridad interna de la Casa Blanca. Fue el 13 de septiembre de 1973. Ese día Butterfield admitió que el presidente se grababa a sí mismo en el Despacho Oval gracias a un elaborado sistema de grabación que se activaba con la voz de cualquier persona que estuviera en esa sala. Apenas cuatro personas sabían de su funcionamiento.

 

Era el principio del fin. Todas las respuestas a un montón de preguntas sobre el caso Watergate se escondían en esas cintas. A partir de ese momento, comenzó un periodo de varios meses en los que el Congreso y el juez pidieron una y otra vez a Nixon que entregara las cintas. El presidente se negaba a ello, por entender que se violaba su intimidad. Al final, en febrero de 1974, el Tribunal Supremo resolvió el asunto: por 8 votos contra 0 (y una abstención) se falló que Nixon debía entregar las cintas.

 

Cuando el material se empezó a escuchar en la comisión, surgió la primera sorpresa: en una de ellas había un salto de 18 minutos (luego se supo que había sido borrado deliberadamente por una secretaria de Nixon) con una conversación de Nixon y su ayudante Bob Haldeman… sólo tres días después del robo del Watergate.

 

El resto de las cintas demostraban que Nixon había participado activamente en el encubrimiento del caso, al menos, desde el segundo día. También que había mentido al pretender que no sabía qué personas estaban involucradas en el Watergate, que había cometido perjurio al asegurar que las conversaciones trataban de temas de seguridad nacional y que había aprobado un plan de la CIA para suspender las investigaciones del FBI sobre el Watergate. A finales de julio, los miembros de la comisión votaron a favor los artículos de la recusación o impeachement contra Nixon por obstrucción a la justicia, abuso de poder, violación de los derechos constitucionales de los ciudadanos y por contravenir las citaciones.

 

El siguiente paso era la votación conjunta de los congresistas y senadores en la Cámara de Representantes antes de que el caso pasara a su última instancia, el Senado. La defenestración política era un hecho palpable y Nixon decidió dimitir el 8 de agosto de 1974. Le quedaban más de dos años de mandato. Al día siguiente, Gerald Ford juró su cargo como presidente.

 

 

Antonio Rodríguez

Share
Published by
Antonio Rodríguez

Recent Posts

Albares aborda con los embajadores asiáticos el peso geopolítico “crucial” de la región Asia-Pacífico

​El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, mantuvo ayer un encuentro con los embajadores…

1 hora ago

La ONU insta a España a preservar la memoria histórica frente a las leyes de concordia de PP y Vox

La ONU ha instado al Gobierno de España a que «tome las medidas necesarias» para…

1 hora ago

España encabeza la lista de los países más longevos de la UE

Los españoles son los ciudadanos de la Unión Europea con mayor esperanza de vida, según…

1 hora ago

La Corte Federal de EE.UU. capacita a España para averiguar quién compró el Pegasus que espió a Sánchez

La Corte Federal de Primera Instancia del Distrito Norte de California, en el caso No. 19-cv-07123-PJH, WhatsApp…

1 hora ago

Óscar Puente acusa a Milei de “ingerir sustancias”

El ministro de Transportes, Óscar Puente, acusó ayer de ingerir “sustancias” al presidente de Argentina, Javier…

1 hora ago

Dolors Montserrat volverá a encabezar la lista del PP a las elecciones europeas

La ex ministra de Sanidad y actual eurodiputada, Dolors Monserrat, volverá a encabezar la candidatura…

1 hora ago