Foto: Lara Rubio.
Jérôme Bonnafont / Embajador de Francia
Eva Cantón. Madrid.
Ha pasado por esa fábrica de élites políticas francesas que es la Escuela Nacional de Administración (ENA), por las embajadas de Kuwait, Naciones Unidas e India, donde fue Embajador hasta que, en 2011, Alain Juppé lo reclamó para ser su director de Gabinete en el Ministerio de Exteriores.
En noviembre de 2012 cambió el Quai d’Orsay por el Palacio Arenzana -sede de la cancillería gala en Madrid desde el siglo XIX- donde nos recibe en un despacho luminoso, blandiendo con entusiasmo un dossier sobre la gran exposición de Velázquez que acogerá el Grand Palais de París en 2015. “Esto es magnífico”, dice. Estamos en vísperas de la Fiesta Nacional Francesa, que este año coincide con el centenario del inicio de la I Guerra Mundial.
¿Qué actos marcarán este año la celebración del 14 de julio?
Será un 14 de julio particular porque estarán en París todos los países que participaron en la Primera Guerra Mundial más España, que fue neutral pero es un símbolo europeo y tuvo un papel humanitario importante, por lo que el presidente Hollande ha decidido que asista como país invitado. No solo se rememorará el inicio de la guerra sino que se celebrará la construcción europea.
¿Quién acudirá al desfile en los Campos Elíseos?
España estará representada por su ministro de Defensa, Pedro Morenés, y por el JEMAD, almirante general Fernando García Sánchez. En el desfile participarán algunos miembros de los tres Ejércitos.
Unos días después los nuevos Reyes visitarán Francia. ¿Cómo valoran este viaje?
Lo esperamos con mucha ilusión. El anterior rey tenía una vinculación muy estrecha con Francia y conocía muy bien nuestro país. Felipe VI también tiene fuertes lazos con Francia y, a nivel institucional, está claro que la decisión de incluir París en el primer círculo de sus viajes al exterior es un símbolo de la relación particular entre Francia y España.
«La política penitenciaria respecto a los presos de ETA no ha cambiado»
Las relaciones hispano-francesas son especialmente intensas en materia de lucha contra el terrorismo. Si antes la principal amenaza era ETA ahora los esfuerzos se centran en la lucha contra el yihadismo. ¿Qué se está haciendo en este terreno?
Lo que ha propuesto la Unión Europea (un plan de detección precoz de jóvenes radicalizados) es el resultado directo del trabajo común con España. En primer lugar, tenemos que verificar que nuestra legislación es eficaz en términos de prevención, control y de represión. En segundo lugar, está la cooperación. España tiene experiencia en la lucha contra la radicalización en las cárceles y por eso compartimos experiencias.
¿Habría que endurecer la legislación?
Hay que hacerla más eficaz. Cuando hablamos de endurecer hablamos de restricción a la libertad. No es el caso. Se trata de saber, por ejemplo, qué pasa en Internet o de que jueces y policías eviten que los jóvenes vayan a Siria a luchar en nombre de la Yihad. Siempre hay que buscar un equilibrio entre la prevención del terrorismo y el respeto a la libertad individual, de conciencia, religiosa y de expresión.
El pasado 9 de julio Francia decidió trasladar a dos presos de ETA a cárceles próximas al País Vasco. ¿Ha cambiado su política penitenciaria?
No. No hay un cambio en la política penitenciaria de Francia respecto a los presos de ETA. La ley es igual para todos los presos y sólo cuando hay peticiones individuales se analizan caso a caso y se decide en función de la gravedad de los hechos, la condena y la situación de seguridad. Lo que ha cambiado es que empezamos a recibir peticiones individuales que antes no existían. Naturalmente, estamos en contacto permanente con España para informar inmediatamente de lo que decidimos.
«España es un lugar privilegiado para la inversión francesa»
En el ámbito económico ¿cómo valora la relación con España?
Cinco años de crisis en España han provocado una disminución de las exportaciones francesas y ahora hay que recuperar el terreno perdido. En España trabajan 300.000 personas para empresas francesas mientras que en Francia son 50.000 las que lo hacen en empresas españolas. Eso significa que hay más inversión francesa en España que a la inversa.
¿Por qué?
Porque la internacionalización de la economía española no ha considerado a Francia como socio prioritario cuando, para Francia, España es claramente un lugar privilegiado de inversión empresarial e industrial. No digo que sea un error, sino que hay potencial para mejorar nuestra relación económica. La inversión española en Francia podría desarrollarse en el sector agroalimentario e industrial y en la hostelería, por ejemplo.
«Es una caricatura decir que la política europea la dicta Alemania»
Cuando el presidente François Hollande llegó al Elíseo en 2012 se esperaba que moderara en Bruselas la política de ajustes impuesta por Alemania. No ha sido así…
Me parece una caricatura decir que la política europea la dicta la Cancillería alemana. Cuando empezó la crisis, la cuestión era si Grecia iba o no a permanecer en el euro. Grecia se ha quedado en el euro con el apoyo total y firme de Europa. Cuando se inició la discusión de la unión bancaria, en Alemania muchos eran, como poco, escépticos. Y ahora hay una unión bancaria. Jamás oigo decir que se trata de una derrota de Alemania.
Y las medidas adoptadas por la Unión Europea ¿no han agravado aún más la crisis?
La crisis no se debe a la política europea. Es el resultado de la crisis financiera mundial y de casos individuales de cada país. Las medidas no la han agravado, han salvado Europa. Sin un plan de rescate para Grecia y los miles de millones de euros que se han dado a Irlanda, España, Grecia y a tantos otros países no habría Europa. La caída de la burbuja inmobiliaria de España no es un caso de Bruselas.
Sin embargo la paciencia de los ciudadanos se agota y el descontento se ha reflejado en las recientes elecciones al Parlamento europeo con un ascenso de las formaciones extremistas. ¿Qué respuesta hay que dar a ese malestar social?
La respuesta no debe ignorar que tenemos una deuda pública cercana al 100% del PIB. ¿Qué hacemos con esta deuda?; ¿Qué pasa con un país que no paga sus deudas?. Eso es mucho peor. Hay que solucionar la falta de competitividad de nuestra industria y hay que hacerlo rápido. Hay que dar financiación a las empresas para que puedan generar empleo. Hay que bajar el precio de los productos europeos para que sean competitivos en el mercado internacional.
Francia también defiende flexibilizar el Pacto de Estabilidad…
Queremos que la nueva Comisión Europea adopte un programa para que el esfuerzo de ajuste se equilibre con una inyección de liquidez y un aumento del crédito y del consumo. Este es nuestro objetivo: una aplicación inteligente de todas las flexibilidades que da el Pacto de Estabilidad. No decimos ‘no’ a las reformas, pero para evitar el efecto recesionista tenemos que ser flexibles dentro de los objetivos del Tratado.
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