Los Reyes fueron recibidos ayer en el Elíseo por François Hollande./ Imagen: A3.
Luis Ayllón. Madrid.
La visita de Sus Majestades los Reyes a París ha cerrado el ciclo de presentación de Don Felipe y Doña Letizia a los dirigentes de los países vecinos, pero también ha puesto de relieve que la sintonía con Francia se refuerza con el paso del tiempo, mientras que por el contrario, la relación con el Reino Unido, otro de los grandes de Europa, se ve frenada por el contencioso de Gibraltar.
Ayer, los Reyes recibieron una cálida acogida por parte de las autoridades galas, comenzando por el presidente, François Hollande, que tras saludarles por la mañana en el Palacio del Elíseo, les ofreció después un almuerzo. También fueron recibidos por el presidente de la Asamblea, Claude Bartolone, y por el del Senado, Jean Pierre Bel.
Por la mañana, acudieron, asimismo, al Hôtel de Matignon, donde tuvieron una reunión con el primer ministro Manuel Valls y su esposa, Anne Gravoin. El encuentro guardó una especial relevancia porque ambos matrimonios pertenecen a la misma generación, a lo que se une el hecho de que Valls es de origen catalán y que ha ocupado durante algún tiempo el cargo de ministro del Interior, con lo que la relación con España ha sido muy estrecha. De hecho, en la reunión estuvo presente también el ministro español del Interior, Jorge Fernandez Díaz.
La visita de Don Felipe y Doña Letizia a París, precede al viaje de Manuel Valls a Madrid
Además, Manuel Valls viaja hoy a Madrid, donde va a ser recibido por el presidente del Gobierno, y donde podrá conversar también con el secretario general in péctore del PSOE, Pedro Sánchez.
La sintonía con las autoridades francesas no ha hecho más que crecer desde que se constató una colaboración eficaz en la lucha contra el terrorismo etarra y se sigue poniendo de relieve en otros aspectos. Por ejemplo, según indicaron fuentes solventes a The Diplomat, la comprensión del Gobierno de París por la decisión del Ejecutivo español de vetar la presencia del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la cumbre de la francofonía que se celebrará en noviembre de Dakar (Senegal) para no dar al político catalán un plataforma para su proyecto soberanista.
Mientras se refuerzan los lazos con Francia, la relación con el Reino Unido sigue lastrada por los problemas derivados del contencioso de Gibraltar. Los continuos episodios de confrontación entre Madrid y Londres impiden lo que tendría que ser una estrecha relación entre dos países socios en la Unión Europea y aliados en la OTAN.
España y el Reino Unido han ido juntos en bastantes ocasiones en política internacional y los intercambios económicos, las inversiones a ambos lados, el turismo, etc, han crecido en los últimos años, pero la relación política no es todo lo fluida que se desearía. Los contactos de autoridades a alto nivel son más escasos de lo que cabría esperar y el reflejo en la prensa de la relación bilateral está en la mayoría de las ocasiones centrado en conflictos a causa de Gibraltar, un tema muy sensible tanto en España como en el Reino Unido.
Las acusaciones mutuas cuando se producen incidentes en relación con el Peñón son cada vez más frecuentes y empañan las posibilidades de cooperación entre los dos países, que no son capaces de evitar que una población de 30.000 habitantes, la última colonia en Europa, les marque la agenda.