Rajoy, ayer, durante su intervención en el CESEDEN./ Foto: La Razón.
The Diplomat. Madrid
El presidente del Gobierno habló ayer en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) a un auditorio de militares españoles y extranjeros que están terminando el curso de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas. Una práctica poco habitual ya que el único precedente data de 2002 con José María Aznar.
Rajoy se propuso desde el inicio hablar “con la cabeza pero desde el corazón” sobre el liderazgo que se les exige a los oficiales de Estado Mayor y aprovechó la ocasión para hacer un análisis geoestratégico de la escena internacional, “invadida por múltiples formas de poder, en muchos casos de poder negativo”.
Estos nuevos actores, que tienen “por finalidad negar el poder a quien ordenadamente lo ejerce” y entre los que citó a “terroristas, contrabandistas o mercaderes de seres humanos”, se conforman “con muy poco poder” allí donde se implantan, siendo “un adversario desconocido, difuso, ilocalizable e impredecible”.
El jefe del Ejecutivo estimó que el mundo actual tiene “menos amenazas” como al final de la Guerra Fría, pero también que se vive “con menos paz”. A su juicio, por más que el foco estratégico mire ahora al teatro Asía-Pacífico, “el siglo XXI no pertenecerá a Estados Unidos, China, Asia ni a ningún otro”.
“El mundo no será de nadie y por primera vez en la historia -advirtió Rajoy- será interdependiente pero sin un centro de gravedad ni un guardián mundial. Todos seremos contribuyentes a esa seguridad o, por el contrario, demandantes de ella”.
El presidente subrayó que el Mediterráneo es una zona de «potenciales conflictos» para España
El presidente del Gobierno se detuvo a continuación en la realidad del Mediterráneo occidental, una zona “de relaciones intensas, de rivalidades, de potenciales conflictos” para España porque en ella se mezclan intereses “muy diversos”. En su opinión, un Mediterráneo “estable, democrático y con mayores cuotas de estabilidad” es la mejor garantía de seguridad para todos los países de la región.
Sin embargo, la inestabilidad política y la ausencia de perspectivas económicas para gran parte de la población de esta región son factores que repercuten directamente en la seguridad del Sahel y, por extensión, a España y Europa.
De ahí que destacase la influencia que ejerce España dentro de la OTAN para que no pierda de vista lo que sucede en la ribera sur del Mediterráneo -a través del denominado Diálogo por el Mediterráneo con los aliados árabes- o la atención que le presta la UE a través de la Iniciativa 5+5, en la que España preside en la actualidad el foro de defensa. El tercer factor que mencionó Rajoy fueron unas relaciones bilaterales “cada vez más intensas” con Argelia y Marruecos.
Por último, hizo hincapié en que Estados Unidos es para España “el interlocutor de referencia” a la hora de conseguir una visión más amplia de las relaciones trasatlánticas, tanto con el resto del continente americano como con el futuro de África.