Donald Tusk y Mariano Rajoy, en la anterior cumbre bilateral celebrada en Madrid.
The Diplomat. Madrid
La X cumbre hispano-polaca que se celebró ayer en la ciudad polaca de Gdansk dejó como principal resultado la alianza de ambos países para lograr una mayor interconexión del mercado energético europeo en las próximas cumbres europeas. Tanto Mariano Rajoy como el anfitrión de la cumbre, Donald Tusk, constataron la insuficiente interconexión actual en un momento en el que Rusia ha cortado el grifo del gas a Ucrania, país por el que pasa buena parte del suministro de este producto a Europa central.
España y Polonia comparten esta preocupación y lo han plasmado en un documento común -junto con Portugal- en el que se pide a los Veintiocho una mayor implicación en la seguridad energética europea. La delegación española desea, asimismo, la consecución de un mercado único de la energía en Europa y aumentar los créditos para las pequeñas y medianas empresas en el ámbito europeo, así como continuar el proceso de integración y la firma de acuerdos de libre comercio como los que se están negociando con Estados Unidos y Japón.
El jefe de la diplomacia española, José Manuel García-Margallo, abordó con su homólogo polaco, Radoslaw Sikorski, la problemática de la inmigración ilegal y le insistió en que los socios de la UE tienen que ayudar a los países del sur como España que están sufriendo una fuerte presión migratoria. En este sentido, subrayó que las políticas sobre migración legal deberían «tener en cuenta objetivos a corto plazo (necesidades del mercado laboral) y a largo plazo (retos demográficos), junto con objetivos más amplios de cooperación con los países de origen».
Polonia es desde un punto de vista económico el destino número 15 de la exportación española y el primero a los países de Europa central. El comercio bilateral se caracteriza por ser intraindustrial en los sectores del automóvil y de los equipos y componentes para automoción, productos químicos y aviación. El volumen de comercio entre España y Polonia creció un 14% en 2013, mientras que el saldo comercial registra superávit para España desde 2011. Además, las empresas españolas de infraestructuras han construido el 30% de la nueva red de carreteras polacas, siendo su participación en la actividad superior a la del resto de países europeos.