Vestibulo principal de la sede del Banco de España en Madrid.
Julio García. Madrid
La crisis económica que afectó a España desde el 2008 parece haber llegado a su fin, para iniciar una fase de recuperación que se inició en torno al verano del pasado año. Así se desprende del último informe anual 2013 del Banco de España, cuyo gobernador, Luis M. Linde, aseguró en su presentación que la economía española se recupera desde el pasado verano y ha puesto punto final a una larga y profunda recesión.
El informe destaca el progresivo dinamismo económico de 2013, que se materializó en cifras positivas de crecimiento a partir del tercer trimestre. En lo que va de 2014, los datos apuntan también a un reforzamiento de esta trayectoria. Linde subraya que el cambio se ha manifestado también en el mercado de trabajo, donde la larga etapa de destrucción de empleo dio paso a una modesta creación neta de puestos de trabajo a finales del año 2013, que se mantiene a primeros de 2014. En cualquier caso, añade, la tasa de paro cerró el año “en un nivel inaceptablemente elevado”.
Este crecimiento económico viene tanto de factores externos como internos. Entre los primeros destaca el aumento de las exportaciones y la creación de la unión bancaria europea, que ha contribuido a relajar las tensiones financieras de los mercados del área. En factores internos, la implementación del programa de reformas han mejorado la competitividad y la reestructuración del sistema bancario. Por otro lado, en el ámbito de las cuentas públicas, el déficit se redujo en 2013 hasta el 6,6% del PIB. Queda como tarea pendiente el elevado nivel de deuda pública en relación con el PIB.
Linde aclara que pese a los avances en el saneamiento de la economía española, la consolidación de la recuperación se enfrenta a retos de gran alcance como consecuencia de la profundidad de los efectos de la crisis. Así, la política económica deberá impulsar mejoras en la competitividad y la reasignación de recursos hacia sectores con mayor potencial de crecimiento, al tiempo que produce el desendeudamiento de los sectores públicos y privados.
Linde pide consolidar el camino del desendeudamiento público
El gobernador del Banco de España asevera en el citado informe que tras los impulsos de la política monetaria a nivel europeo, el reto es potenciar su transmisión hacia las empresas y las familias españolas. Además, la actuación en el terreno fiscal debe consolidarse por el camino del desendeudamiento público. A su juicio, estas son dos piezas claves para mantener la confianza de los inversores y asegurar la financiación externa de la economía.
Por otro lado, sugiere al Gobierno que en la reforma del sistema tributario que presentará próximamente subsane los problemas que aquejan a la tributación en este país: capacidad recaudatoria reducida y sesgo hacia la imposición directa y las cotizaciones sociales, en tanto que resulta más perjudicial para la competitividad y el empleo.
El informe explica que la mayor flexibilidad del mercado laboral y la moderación salarial está propiciando la creación de empleo y que una sensibilidad cíclica de los precios están dando lugar a una corrección del desfase competitivo surgido durante gestado durante el último ciclo expansivo.
También se observa un cambio en el papel que desempeña la inflación basada en el proceso de determinación de costes y rentas. Linde indica que se trata de un cambio importante para la adaptación de los requerimientos de la pertenencia a la Unión Económica y Monetaria (UEM) y que se verá reforzada por la aplicación de la Ley de Desindexación de la Economía.
Asimismo, considera que es importante que las reformas en los mercados de productos (Ley de Emprendedores, Ley de Garantía de Mercado Único y las reformas de la ley Concursal, entre otras), diseñadas para incrementar la competencia y mejorar la eficiencia, se instrumenten con celeridad y ambición.
Concluye el gobernador del Banco de España que la perseverancia en este enfoque de la política económica permitirá asentar una senda de recuperación cada vez más firme, que constituye el legado más pesado de la crisis y el principal problema económico y social de nuestro país.