Las exportaciones iraníes de crudo pasaron de 2,5 millones de barriles diarios en 2011 a 1,5 en 2012.
Eva Cantón.Madrid
Teherán mueve ficha diplomática coincidiendo con la nueva ronda negociadora sobre su programa nuclear. El ministro iraní de Asuntos Exteriores, Mohamed Yavad Zarif, viajará a Madrid este mismo mes con la vista puesta en la recuperación de unas relaciones comerciales congeladas tras el embargo petrolero decretado en 2012 por la Unión Europea.
Una visita enmarcada en la nueva fase de colaboración con la comunidad internacional iniciada por el presidente Hasan Rohani que abre la puerta al regreso de las empresas extranjeras si el diálogo sobre el dossier nuclear llega a buen puerto.
España está interesada en retomar las relaciones comerciales anteriores a las sanciones de 2012, fecha en la que Irán era, con un volumen de exportaciones del 14,7%, el segundo mayor proveedor de crudo a España, por detrás de Rusia (16%) y seguido de Arabia Saudita (14%). De ahí que, tanto el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, como el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, hayan puesto el acento en fortalecer los vínculos con las autoridades iraníes.
El jefe del Ejecutivo español tuvo ocasión de entrevistarse con Rohani en septiembre de 2013 durante su asistencia en Nueva York a la Asamblea General de Naciones Unidas y Margallo viajó a Teherán el pasado mes de marzo para reunirse con su homólogo iraní en un intento por poner las bases para la futura reactivación económica una vez alcanzado el acuerdo en el dossier nuclear. La nueva ronda negociadora está prevista para los próximos 13 y 14 de mayo en Viena.
Aunque la cooperación bilateral con Irán se ha mantenido durante el periodo posterior al embargo petrolero, el volumen del intercambio comercial se resintió notablemente y quedó reducido a unos 1.000 millones de euros, según datos manejados por fuentes diplomáticas iraníes. En todo caso, las mismas fuentes consideran que este comercio se recuperaría rápidamente y que en seis meses podrían incluso alcanzarse los 5.000 millones de euros anteriores a 2012.
De hecho, poco antes de abandonar su cargo en Madrid, el embajador iraní Morteza Saffari se mostró optimista sobre la posibilidad de alcanzar de nuevo estas cifras y habló de la «prisa» que, a su juicio, tenían las empresas españolas por volver a hacer negocios en Irán. Ahora, liderar esa nueva fase en las relaciones económico-comerciales corresponderá a su sucesor al frente de la legación iraní en España, Mohamad Hassan Fadaifard, que presentará sus cartas credenciales ante el Rey previsiblemente el próximo mes de junio.
El ministro iraní de Exteriores viajará en breve a Madrid, tras la visita de Margallo a Teherán
Debido a los beneficios que supone para Madrid la posición geográfica de la República Islámica en el comercio de petróleo, España ha tratado de desarrollar sus relaciones con Irán durante las dos últimas décadas a través de visitas de alto nivel de funcionarios de ambos países y la celebración de acuerdos políticos, económicos y culturales. Sin embargo, en relación con el programa nuclear de Irán, la posición de Madrid ha sido determinada por las decisiones de la UE y de Estados Unidos.
Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), las exportaciones iraníes de crudo habrían pasado de 2,5 millones de barriles diarios en 2011 a 1,5 millones en mayo de 2012, lo que supone una pérdida de ingresos de más de 2.500 millones de dólares mensuales. España ha pasado de importar más del 14% de su crudo de Irán en 2011 a cesar sus importaciones, lo que le ha obligado a buscar nuevos proveedores en otros países de la zona del Golfo Pérsico, como Irak, Arabia Saudí y Kuwait y a aumentar las importaciones de Rusia, Nigeria y México.