Presentación del Informe sobre Democracia en España 2015 de Fundación Alternativas. Foto: T. F.
Tamara Fariñas. Madrid
La corrupción, la desigualdad y la pobreza son algunas de las razones por las que, según el último ‘Informe sobre la Democracia en España’, publicado esta semana en Madrid, los ciudadanos han perdido confianza en las instituciones del país.
Según explicó Joaquín Estefanía, director del informe de Fundación Alternativas, los españoles teníamos un alto grado de confianza democrática, sin embargo, en tan solo una década esa confianza ha caído en picado. De hecho, “España era el país con menor nivel de insatisfacción con el funcionamiento de la democracia tras los países escandinavos”, según indica el propio informe. En 2002, el 23% de los españoles estaba «insatisfecho» con el funcionamiento de la democracia, sólo por detrás de Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suiza. Diez años después, ese porcentaje en España ascendió al 52%.
En septiembre de 2003, más del 60% de los españoles estaba «muy o bastante satisfecho» con la democracia nacional, frente a poco más de un 30% que se declaraban «poco o nada satisfechos». En junio de 2012, estos datos se dieron la vuelta: cerca de un 70% se consideraban «poco o nada satisfechos» con la democracia española, mientras sólo en torno al 30% aseguraron estar «muy o bastante satisfechos» con ella.
Antón Costas, economista en la Universidad de Barcelona, sostiene que el “deterioro de los indicadores que miden la calidad de la democracia en tan poco tiempo ha sido una sorpresa”. Según Costas, “una sociedad libre en economía de mercado necesita un pegamento invisible para cohesionar actores, pero estamos asistiendo a una disolución de ese pegamento”.
A este problema habría que sumarle que la economía española tiene un alto déficit de mecanismos de voz, algo que obliga, en lugar de buscar soluciones, a recurrir a los “mecanismos de salida”. Según el informe, los problemas más importantes para los españoles siguen siendo la corrupción y la sumisión del poder político al económico, así como el hecho de que los derechos sociales no se hayan recuperado.
La corrupción es síntoma de una enfermedad institucional grave, subrayó Elisa de la Nuez
“Sin buenas instituciones no hay buena democracia”, explicó Elisa de la Nuez, jurista y editora del blog ¿Hay derecho? “La corrupción es el síntoma de una enfermedad institucional grave”, añadió. La corrupción ha sido un tema candente en los últimos años cuando los dos partidos mayoritarios se han visto involucrados en diferentes tramas de corruptelas. De hecho, ha sido clave en las últimas elecciones ya que, según los expertos, debido a la corrupción han sido los partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos (C’s) los que han salido beneficiados.
José Fernández Albertos, científico investigador del CSIC y autor del informe también explicó que esta insatisfacción, a diferencia de en otros contextos, no está englobada sólo por “los excluidos o afectados por la crisis”, sino que se ha convertido en una insatisfacción transversal llegando a tal punto que “lo que de verdad sorprende es que no haya pasado nada hasta 2014”.