García-Margallo, en una imagen de archivo./ Foto: CP/La Razón.
Julio García. Madrid
España quiere participar en el crecimiento de la región del Pacífico asiático que concentrará la mitad de la riqueza del PIB mundial en los próximos años, gracias al incremento del comercio. Uno de los requisitos para lograrlo es que Filipinas, plataforma que el Gobierno español considera muy útil para entrar en el mercado asiático, elimine las trabas que impone a las inversiones extranjeras directas.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, expresó ese deseo de España, durante la clausura de la VII Tribuna España-Filipinas celebrada el martes pasado en Valencia y en la que empresarios, miembros de la sociedad civil, instituciones universitarias y culturales y representantes de las Administraciones debatieron nuevas formas de relaciones entre ambos países en materia económica, cultural y educativa.
España lamenta, por boca del ministro, su bajo nivel de inversión en Filipinas, que es el 76º destino de sus exportaciones, con volúmenes similares a los de Vietnam, pero aún lejos de las exportaciones a países de la zona como Tailandia, Malasia o Indonesia.
Por eso, las inversiones españolas, una vez eliminadas las trabas, podrían aumentar en Filipinas, un país que tiene potencial en sectores como el agroalimentario o el turismo y ofrece oportunidades de negocios en infraestructuras de carreteras, aeropuertos o energía. El titular de Asuntos Exteriores considera que ahora es el momento de cambiar el modelo económico hacia la internacionalización y crecer en los mercados asiáticos.
Valencia acogió la VI Tribuna España-Filipinas, para fomentar las relaciones entre los dos países
El ministro de Turismo filipino, Ramón Jiménez, reconoció, por su parte, la existencia de trabas de su gobierno a la inversión extranjera, que podría beneficiarse en cubrir las necesidades de infraestructuras en su región. Jiménez admitió que Filipinas debe simplificar y facilitar los procesos de inversión para que sean más fluidos. Uno de los problemas con que se encuentran las empresas extranjeras que desean invertir es el alto porcentaje de capital local -hasta un 60 por ciento- que el Gobierno filipino exige esté presente en esas inversiones, un asunto que fue abordado durante la visita que García-Margallo realizó a Manila el pasado mes de marzo.
Durante este encuentro, ambos países, a los que les unen relaciones históricas, se ha profundizado en la colaboración en materia de archivos y conservación del patrimonio cultural y en la necesidad de impulsar la investigación en Filipinas sobre su periodo español y seguir promoviendo el uso del castellano.