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Claudia von Roehl / Directora de Asociaciones con los Gobiernos del PMA
Mueve 5.500 millones de dólares, procedentes de aportaciones voluntarias de los gobiernos, y da trabajo a 14.000 personas en 80 países. Sin embargo, el Programa Mundial de Alimentos es uno de los menos conocidos de Naciones Unidas. Su directora de Asociaciones con los Gobiernos, Claudia von Roehl, subraya su labor fundamental: “Salvar vidas en situaciones de emergencia y, en una fase posterior, mejorar la vida de esas personas”.
¿Se conoce poco del PMA?
Es cierto que debemos darnos más a conocer, pero todos nuestros fondos van a los proyectos que tenemos, el 90% sobre el terreno. Por eso estamos haciendo un esfuerzo de comunicación, que incluye la presentación en Madrid de un sello de Correos conmemorativo de la relación del PMA con España.
¿Cuál es la contribución española?
España lleva 20 años con nosotros y seleccionó al PMA como su socio más importante en su presupuesto humanitario. El año pasado contribuyó con 5,6 millones de euros. Sus mayores aportaciones han sido para Argelia, Malí, Niger, la República Centroafricana, la crisis del Ébola y Siria.
¿Qué papel juega el depósito del PMA en Gran Canaria?
España, y este depósito de emergencia, juegan un papel muy importante. En él tenemos material para primeras necesidades, pero no alimentos sino medicinas, mantas o material otras organizaciones.
Fíjese en la importancia de estos almacenes. En Nepal, un mes antes del terremoto, inauguramos un gran depósito con material que nos ha sido de gran ayuda. Sabíamos que algún día podía ocurrir. Sin ese depósito, la respuesta hubiera sido mucho más lenta.
¿Cómo se coordinan con otras organizaciones de la ONU?
Estamos bien coordinados para situaciones de emergencia, a través de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios y directamente con ACNUR, que controla los campos y el registro de refugiados, o UNICEF, que se ocupa de los niños.
¿Cómo consiguen distribuir alimentos a tantas personas?
Como novedad, desde hace un año trabajamos con una tarjeta de débito, que mueve casi 8 millones de dólares en todo el mundo. La cargamos con 20 o 30 euros y el refugiado puede comprar los alimentos que necesita en tiendas con las que tenemos convenios. Es algo que da mucha dignidad a la gente y es muy importante para nuestro trabajo.
¿Qué otras actividades realiza el PMA?
Tenemos una red logística, los almacenes, y otra de transporte, UNHAS, que ponemos a disposición de todos los trabajadores humanitarios para viajar o transportar material a donde no hay vuelos comerciales. Ahora tenemos vuelos a Yemen, Afganistán, Sudán del Sur y lo tuvimos en Nepal.
¿No es frustrante su trabajo? Siempre hay emergencias que atender.
Es como escalar una montaña. Desde abajo no ves la cumbre pero debes seguir avanzando. Depende de la personalidad de cada uno, puede ser frustrante o un acicate para avanzar más. Para mí es lo segundo.
Lo cierto es que las necesidades siempre son mayores que los medios. Por eso, debemos dar soluciones duraderas a los más necesitados. Proporcionar comida en un primer momento es bueno, pero no es la solución definitiva.
¿Cual es la emergencia más acuciante en este momento?
Siria, tanto en el propio país como en los países vecinos. Y estamos preocupados porque los donantes, que han sido muy generosos, también necesitan ver una solución política. Y obtener fondos es cada vez más difícil.
¿No es suficiente su presupuesto para Siria?
En promedio, llegamos al 60%. Dos tercios de lo que querríamos llevar a la gente. Y eso tiene consecuencias para las personas, sobre todo para los niños.
¿En que condiciones trabaja el PMA dentro de Siria?
Estamos en zonas donde podemos comprobar que la ayuda llega. Si no hay seguridad no podemos trabajar. Por eso esperamos que España siga presionando en el Consejo de Seguridad para garantizar el espacio humanitario que necesitamos. Hay que hacer más en el campo político.
Pero hay cinco países con derecho de veto en el Consejo.
El Consejo de Seguridad tiene que cumplir su papel. Sabemos que no es fácil debido a los diferentes intereses. Pero como organización humanitaria sólo tenemos un interés: ayudar. Y para nosotros es crucial garantizar nuestro espacio de actuación.