Ignacio Ybáñez durante su participación en la conferencia en Viena/. Foto: Asuntos Exteriores
Julio García. Madrid
Las persecuciones y ataques que sufren cientos de miles de personas de comunidades religiosas en Irak y Siria están recibiendo el continuo rechazo de la comunidad internacional. España también se ha sumado a estas condenas. La última vez fue el pasado miércoles durante su participación en la conferencia del Centro Internacional Rey Abdullah Bin Abdulaziz para el Diálogo Interreligioso e Intercultural (KAICIID, en sus siglas en inglés), celebrada en Viena.
Bajo el título “Unidos contra la violencia en nombre de la religión. Por la protección de la diversidad religiosa y cultural en Irak y Siria”, el secretario de Estado español de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, denunció en ese encuentro la violencia perpetrada en nombre de la religión en Irak y Siria, y alertó que supone un grave quebranto de los cimientos de la convivencia social y religiosa, que históricamente han mantenido cristianos, musulmanes y otros grupos en la región.
Ybáñez subrayó que para lograr una auténtica cultura de la paz es prioritario trasladar la acción del diálogo interreligioso al nivel local y regional, con la elaboración y ejecución de iniciativas conjuntas, en las que participen actores locales, líderes religiosos, gobernantes y organizaciones regionales.
Así, se refirió a la importancia de los programas educativos y a los medios de comunicación, redes sociales y ciberespacio, como canal primordial y privilegiado para promover el diálogo y las imágenes positivas de la religión. Asimismo también remarcó la responsabilidad y el papel trascendental que en todo este proceso deben jugar las mujeres y los jóvenes.
Asuntos Exteriores destaca el carácter pacífico y tolerante del verdadero Islam
Además, el secretario de Estado destacó el carácter pacífico y tolerante del verdadero Islam frente al fundamentalismo y extremismo, y recordó que la tolerancia religiosa y la no discriminación es un objetivo predicable no sólo en Irak y Siria, sino en el mundo entero.
Esta conferencia reunió al mayor número de líderes religiosos musulmanes y cristianos de las regiones afectadas desde el principio de la crisis, -tanto de Irak y Siria, como de Líbano, Jordania, Egipto y Arabia Saudí-, junto con la asistencia de representantes gubernamentales y de organizaciones internacionales.
Al final de este foro, los líderes religiosos adoptaron la Declaración de Viena, que abunda en la necesidad de preservar los valores de la diversidad cultural y religiosa, y la moderación y el diálogo. También condena la violación de derechos humanos en Siria e Irak y la usurpación de los símbolos religiosos por parte de los extremitas, y proclama la convivencia y pluralidad religiosa, étnica, cultural y lingüística, como uno de los pilares esenciales de la cultura árabe.