Foto: A.R.
Janis Eichmanis/Embajador de Letonia
Alberto Rubio. Madrid
Letonia ha pasado ya el ecuador de su Presidencia al frente de la UE. Su embajador en España, Janis Eichmanis considera que se está cumpliendo su principal objetivo: sentar las bases del crecimiento económico.
Esa fue una de las prioridades que apuntó su primera ministra, Laimdota Straujuma, ante el Parlamento Europeo.
Pasada la peor parte de la crisis, para volver al crecimiento debemos centrarnos en captar inversiones, como propone el Plan Juncker. Para Letonia, como Presidencia, el objetivo era lograr un acuerdo entre los 28 para que la regulación de esos fondos estratégicos se aprobara lo antes posible. Y lo conseguimos el mes pasado. Ahora, cuando pase por la Eurocámara, esperamos que en el Consejo de junio se tomen las últimas decisiones y este verano se comiencen a financiar proyectos.
Sin embargo, los ciudadanos tardan en ver los efectos de esas políticas.
Hay una percepción equivocada de que todas las decisiones las toma Bruselas. La UE sugiere directrices y cada país decide cuándo las implementa. Por ejemplo, España ha adoptado muchas sugerencias de la UE, ha hecho sus deberes, y ahora está en el proceso de crecimiento económico. Es comprensible que la gente quiera resultados inmediatos, pero tenemos que tener más paciencia.
Esta crisis ha revelado fallos estructurales en la UE.
Uno de los problemas de la economía europea es la productividad, que no subió tanto como los precios y los salarios antes de la crisis. Ahora debemos pensar que esos niveles no volverán hasta dentro de muchos años, y sólo a condición de un incremento de la productividad.
Entre las prioridades de su presidencia no estaba el mercado único de la energía. ¿Por qué?
Desde mi punto de vista, el caso de España y Portugal es más una cuestión bilateral que de la Comisión. La solución es crear la interconexión del gas con Francia, que nosotros apoyamos. Y en ella debe involucrarse al sector privado, quizá con un consorcio de compañías.
Dependencia energética de Rusia. ¿Seguridad o economía?
No se trata de si la UE debe o no comprar gas a Rusia, sino de que haya suficientes conexiones que impidan situaciones de monopolio. Cuanto más diversificación haya, mejor. En cuanto a la seguridad, como tal, está en el campo de la OTAN pero hay elementos económicos que afectan a la UE.
¿La inmigración no pone en peligro la seguridad?
En la reciente Euromediterránea de Barcelona se acordó establecer un diálogo entre iguales para conseguir una sociedad más estable en nuestra vecindad. Pero ¿qué podemos hacer para ayudar a Libia? No hay respuestas fáciles.
¿No hay una gran brecha norte-sur en Europa cuando se habla de inmigración?
No es una cuestión norte-sur. Y reforzar las fronteras no siempre funciona. Personalmente creo que la única forma de solucionarlo es invertir para darles oportunidades en sus propios países. Pero, por otra parte, Europa tendrá 50 millones menos de habitantes. ¿Qué significa eso? Menos trabajadores y menos dinero circulando. Es un serio dilema.
¿Europa debe volcarse en I+D?
Necesitamos fomentar la investigación. Hasta la crisis Europa era el mejor de los mundos posibles. Ahora debemos pensar cuáles son nuestras prioridades en un mundo mucho más competitivo. Tenemos que preguntarnos qué producimos bien.
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