Carlos Payá Sardiñas
Representante del Movimiento Cristiano Liberación en España
Los marineros europeos que surcaban por primera vez las aguas del Caribe solían confundir a los manatíes, peculiares mamíferos de la zona, con las míticas sirenas. Siglos después, medio mundo aún se deja embaucar, por los cantos en este caso, no de sirenas, si no del mayor depredador del Caribe.
El régimen cubano, especialista en sobrevivir a cualquier precio, se agarra a cualquier tabla salvadora, sea soviética, venezolana o en este caso, norteamericana. Un régimen ineficaz en todo, excepto en la represión y la propaganda, que ha hecho creer que la causa de sus problemas (y por tanto, la solución) dependen de las relaciones con el vecino del norte.
Con una sorprendente puesta en escena, un presidente democrático y civil comparece a la misma hora en la que un general, encorvado por el peso de sus autoimpuestas medallas, para anunciar un nuevo tratado de Paris en el que, como entonces, la opinión del pueblo cubano no existe dado que la tiranía no le permite opinar.
Desde el Movimiento Cristiano Liberación trabajamos para que la solución a nuestros problemas (el principal, la falta de libertad) la encontremos entre cubanos, trazando nuestro propio camino, El Camino del Pueblo. Más de 25000 cubanos ya dieron un primer paso, el paso de la Liberación personal del miedo, al firmar el Proyecto Varela, iniciativa ciudadana legal que pide la realización de un Plebiscito y que ha sido despreciada y reprimida por el régimen.
«Las reformas económicas no traen por si solas los cambios políticos»
Las reformas económicas no traen por si solas los cambios políticos. Es lo que Oswaldo Payá denominó como CAMBIO-FRAUDE, un tránsito del comunismo salvaje al capitalismo salvaje, donde la junta militar se convierte en junta económico-militar, prolongando los privilegios de la casta dominante sin derechos para el pueblo. Donde incluso las leves aperturas económicas a pequeños negocios son también instrumentos de represión hacia la disidencia.
Nunca hemos sido partidarios de aislamientos, por eso, el primer aislamiento que debe suprimirse es al que la dictadura tiene sometido al pueblo, dictadura que esta dispuesta dialogar con otro país pero no se atreve a escuchar a los ciudadanos cubanos, dictadura que dice que le separan profundas diferencias con USA pero sin reconocer que son aún mayores las diferencias que le separan del pueblo de Cuba, dictadura que dice no ceder en sus principios cuando sus principios son la represión, el encarcelamiento, el destierro o la muerte de quien no se someta a su doctrina.
Si de verdad se quiere ayudar a que llegue la democracia a Cuba, se deben apoyar los pasos que muchos cubanos están dando a pesar de la represión. Si no, al menos que no se disfracen de interés democrático los intereses para apertura de mercados, contención de presión migratoria o el ofrecimiento de una nueva tabla salvadora al régimen cubano.
Los derechos del pueblo cubano no son canjeables. Hace dos años, después de las muertes no aclaradas de Oswaldo Payá y Harold Cepero, la tiranía tomó como rehenes a dos ciudadanos de países que mantienen plenas relaciones con Cuba, y los liberó a cambio del silencio olvidadizo de uno y de la complacencia ante un juicio injusto por parte del gobierno del ciudadano del otro país. Cualquier turista es un posible rehén, igual que cualquier cubano es un posible preso político.
“Aquí tienes a mis rehenes, aquí tienes a mis presos. Si hace falta capturo algunos más para volver a negociar” puede decir el General en cualquier momento,
Quizás, muy pronto se vean en la avenida que lleva del aeropuerto a La Habana, los habituales enormes letreros de bienvenida. Esta vez, se leerá «Bienvenido, Mr. President».
Y una vez más quien no vaya a agitar las banderitas y repetir las consignas impuestas será duramente sancionado.